Era otro de los testigos esperados de la jornada de ayer. Nicolás Strumia, hijo del matrimonio de Gabriel y Roxana Michl, imputados por aborto seguido de muerte de Paula Perassi, se sentó ayer en el estrado del tribunal compuesto por los jueces Strólogo, Campos y Minetti. Bajo la mirada atenta y sonriente de su madre, Nicolás declaró sobre el el pasado 18 de septiembre de 2011.»Estoy acá para que me conozcan, yo soy el hijo de Roxana y Gabriel», expresó.

Testigo de la defensa de Strumia y Michl, Nicolás, hoy de  23 años, relató que ese 18 de septiembre estuvo toda la tarde realizando tareas en el patio en la pileta haciendo un cerco junto a su papá Gabriel hasta llegada la noche, donde se bañaron y fueron a cenar al bar Guanabara de San Lorenzo.

«Estuvimos trabajando al costado de la pileta, haciendo un cerco. Buscamos los postes en el terreno de atrás, cargábamos todo y lo llevábamos al costado de la pileta. Y así varias veces. Hicimos los cimientos… me parece que ese día no terminamos».

La coartada de la defensa fue sostenida por un video e imágenes que fueron mostradas en la sala de una de las cámaras traseras que enfocaba a una pileta, y donde podía observarse a dos personas, y una camioneta. Fueron pasando varios fotogramas en donde el joven reconoció a su papá y a él realizando tareas varias entre los 18:49 h y las 20.52 h.

Según precisó Nicolás, en la vivienda hay seis cámaras que enfocan a la calle lateral, una para cada galpón( son tres), una para el frente de la casa y una para el patio. Esas cámaras tienen un registro de seis meses y luego se borran automáticamente.

¿Recordás que hayan guardado alguna grabación?, le preguntó la abogada Sirio: «sí, la del 18 de septiembre de 2011. La cámara que enfoca a  la pileta, porque fue un día que nos marcó a todos. Lo habían metido preso a papi y fue un día que nos marcó mucho. porque nos pareció importante antes de que se pise. Para demostrar que nosotros estuvimos trabajando ahí», respondió Strumia.

También fue consultado sobre las llamadas y mensajes que entrecruzó con Paula el mismo día de la desaparición:

«Por la mañana recibo una llamada perdida de ella. Se la intento devolver con mi teléfono, pero como no tenía abono, lo único que recibe ella es un mensaje que yo me quería comunicar con ella. No recibe la llamada. Ella me devuelve la llamada diciéndome que me llamaba por una propaganda, que papi le tenía que pagar la propaganda del galpón en la pared de la cancha de fútbol del nene, del hijo de ella.  Yo después, por la tarde, una vez que le pregunto a papi, le devuelvo la llamada con el teléfono fijo, porque yo no tenía abono y el de mi papá no lo encontraba».

Sobre el día en que aseguró ver a Paula Perassi, en una garita de colectivos, Strumia contó: «declaré que el día que me estaba dirigiendo a la escuela a buscar una nota, de una evaluación final, iba del lado del chofer del colectivo. En frente  de Mattievich hay una parada, ruta 11 y Córdoba, declaré que la vi en la parada, con un bolso. No me puedo acordar cómo estaba vestida, pero me acuerdo bien que era ella…Paula Perassi..Me pareció verla.. .Yo declaré que me pareció verla, porque no estaba muy seguro, porque ella estaba muy cambiada».

Para la querella, el video que mostraron en la sala no puede autenticarse.  «Llama la atención que ese video aparezca varios años después, cuando Strumia ya se encontraba detenido, ¿por qué no lo presentaron desde el primer momento? Llama muchísimo la atención que ese video que se re grababa cada seis meses según el propio hijo del imputado, también diga que lo grabó cuando su padre se encontraba detenido, que la primera vez que queda detenido fue un año después y además se ve que en ese video no se puede distinguir nada”, señaló el abogado Adrián Ruíz al ser consultado.

Incluso durante el interrogatorio a Nicolás Strumia, Ruíz le preguntó por qué su padre no había querido entregar la filmación de la cámara del frente; a lo que el joven respondió que no sabía.