onatan Emanuel “Cantita” P. tiene 26 años y está considerado por los agentes de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y los fiscales de Homicidios Dolosos como un tira tiros de la violenta banda de “Los gorditos” liderada por Brandon Bay, un muchacho que se encuentra preso en la cárcel de Piñero cumpliendo una condena y que la semana pasada fue reimputado como líder de una asociación ilícita integrada entre otras personas por sus dos hermanas y un grupo de sicarios que responden a sus órdenes para cometer extorsiones, perpetrar balaceras y ejecutar crímenes entre otros delitos. Cercado por el pedido de captura que pesaba sobre él desde septiembre, Cantita se presentó ayer junto a su abogada particular en la sede de la AIC y quedó a disposición del fiscal Pablo Socca, quien hoy lo imputará en una audiencia por tentativa de homicidio calificado por el uso de arma de fuego e integrante de una asociación ilícita.
El hecho que le achacan a Cantita ocurrió el 28 de septiembre pasado cuando junto a otro muchacho y, por orden de Brandon, llegaron en una moto hasta una casa de Spiro al 300 bis y descargaron munición pesada contra el frente de la vivienda. De acuerdo a la teoría fiscal, ese fue el desenlace de una saga de amenazas y extorsiones que sufrió una familia allí afincada por parte de los integrantes del grupo delictivo.
En ese sentido, aseguran los investigadores, fue el propio Brandon el que amenazó de muerte al dueño de casa y le pidió 200 mil pesos a cambio de no tirotear la vivienda y matar a su familia, lo que también le trasmitieron a su hijastra, a quien ya venían amenazando con antelación. El hombre pagó esa suma en una plaza cercana a su finca, dinero que según la pesquisa fue recogido por Aldana Bay, de 26 años, quien fue detenida el 19 de diciembre pasado en una redada contra el clan que deparó también en los arrestos de Flavia Bay, Claudio R. y Sebastián A. entre otros.
Según las evidencias del caso, la hijastra del hombre que reside en Spiro al 300 bis empezó a recibir aprietes tras la detención de su pareja a mediados de este año. El 14 de septiembre la muchacha fue amenazada en el interior de su propia casa por un grupo de personas que dijeron que la vivienda era de Brandon Bay y que se tenía que ir, lo que incluyó que le apoyaran un arma en la cabeza al hijo más grande de la chica. La joven hizo la denuncia y se fue de la vivienda ubicada en San Lorenzo.
Primero se mudó a la casa de una amiga y luego estuvo en situación de calle, pero las amenazas se extendieron a sus padres. Así, en septiembre los mensajes llegaron al celular del padrastro que, tras asustarse, pidió dinero a distintas personas incluido su patrón para juntar los 200 mil pesos que le pedían para no matar a la familia.
El segundo pedido de dinero llegó a los pocos días. Una vez más a través de llamadas, textos y audios de WhatsApp le dijeron al hombre que sabían que su hijastra había vendido la casa en San Lorenzo y le pidieron 400 mil pesos. La exigencia se extendió hasta el 28 de septiembre cuando, según la Fiscalía, Bay ordenó a Cantita que tiroteara la casa de la víctima, lo que éste hizo desde una moto conducida por otro muchacho. En ese marco la extorsión quedó en grado de tentativa ya que las víctimas no hicieron el nuevo pago y el delito achacado será el de tentativa de homicidio calificado agravado por el uso de arma de fuego.
En una audiencia imputativa realizada el 22 de diciembre, los fiscales Pablo Socca y Valeria Haurigot le imputaron a Brandon Bay ser el líder de la asociación ilícita que comanda desde su celda, donde purga una condena a 10 años de prisión por una saga de delitos que se remontan al nacimiento de la banda de Los gorditos en la villa de calle Flammarión, al sur de Rosario, y se extienden a su violento accionar en el Cordón Industrial norte de la ciudad donde a sangre y fuego se impusieron en San Lorenzo y Puerto San Martín con protección policial para ganar territorios y desplegar sus negocios ilegales, episodios en los cuales al menos se cuentan tres víctimas fatales.
En tanto, Aldana fue sindicada como integrante de la banda que conduce su hermano y la receptora de las indicaciones que desde el penal le hacía su hermano controlando y supervisando los negocios ilegales de la organización, entre ellos la venta ilegal de drogas, la recaudación y administración de los búnkers de la banda y del dinero ilegal obtenido de extorsiones y otros delitos. También la acusaron por la organización de atentados con armas de fuego, conseguir sicarios, choferes y medios de transporte para llevar adelante balaceras ordenadas por su hermano. Entre las evidencias que desplegaron en la audiencia los fiscales hay conversaciones telefónicas entre ambos donde se describe su modalidad de trabajo y la labor que realizaba la mujer.
Flavia Bay, de 28 años, fue acusada por su parte integrar la asociación ilícita y realizar las tareas que le indicaban Aldana y su madre, Erica Altamirano, vinculadas con el control y la supervisión de los negocios ilícitos de la organización, puntualmente relacionados con la venta ilegal de drogas, además de brindar apoyo a otros miembros del grupo que cometían distintos delitos.
Los otros dos imputados en esa ocasión fueron Claudio “Tati” R., a quien le achacan amenazar desde la cárcel a la hijastra del hombre extorsionado poco antes de que su casa de Spiro al 300 bis fuera baleada el 28 de septiembre por Cantita, es decir cuando le reclamaron un segundo pago de 400 mil pesos y renovaron las amenazas contra ella y su pareja pres. Y Sebastián Eduardo A., ex pareja de Aldana, sindicado como quien hacía las tareas que Brandon le ordenaba desde la cárcel, organizaba atentados y se contactaba con otras bandas que le brindaban apoyo proporcionando recursos materiales y humanos
La Capital
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