En un ingenioso esfuerzo por controlar el brote de dengue, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) han lanzado un proyecto pionero: la siembra estratégica de peces en áreas afectadas. La especie elegida es la “chanchita” (australoheros facetus), conocida por su voracidad hacia las larvas del Aedes aegypti, el mosquito transmisor.

Recientemente, en un exclusivo country de Santa Fe, se llevó a cabo un experimento que marcó un hito en la lucha contra esta enfermedad. Allí, los expertos liberaron estos peces depredadores en un lago artificial, donde cada uno de ellos puede devorar más de 500 larvas en un solo día. Ariel Belavi, Coordinador Nacional de Acuicultura en INTA, destaca el potencial de estos peces como un “efectivo enemigo natural” de los mosquitos, subrayando su papel crucial como controladores biológicos.

El éxito de esta iniciativa ha despertado el interés de diversas comunidades. Ahora, se alienta a otros barrios, clubes e instituciones a seguir este ejemplo y adoptar medidas similares en sus áreas afectadas por el dengue. La propuesta es clara: replicar esta estrategia en espejos de agua artificiales para contrarrestar la proliferación del mosquito transmisor.

Este proyecto no solo se limita a la liberación de chanchitas. Otras especies, como el camarón de río y el camarón fantasma, también se han identificado como aliados. Su capacidad para controlar las poblaciones de mosquitos, los convierte en activos indispensables en la prevención de enfermedades transmitidas por estos insectos.

La siembra de peces en áreas urbanas y periurbanas representa un enfoque novedoso y efectivo para combatir no solo el dengue, sino también otras enfermedades como el zika y la chikungunya.

A medida que el brote de dengue continúa cobrando vidas y afectando comunidades enteras, la importancia de medidas preventivas innovadoras como esta se vuelve cada vez más evidente. Controlar la presencia de mosquitos no solo es fundamental para frenar la propagación de enfermedades, sino que también puede salvar innumerables vidas.