Por Carlos A. Rinaldi (Abogado – Especialista en Derecho de Familia)
El colectivo de las Niñas, Niños y Adolescentes (NNyA), ha sufrido numerosos embates en estos tiempos de pandemia y asilamiento. En realidad, las representaciones operadas en torno al lugar que damos a las Infancias volvieron a ponerse tensión.
Este tiempo de libertades controladas, de vigilancia y disciplinamiento, construyeron un discurso de autoridad en el que los Paternalismos y el Tutelaje Estatal, parecen haber resurgido amparados bajo el pretexto de resguardar la “Salud Pública”.
Otra vez, los colectivos más vulnerables parecen ser los principales damnificados de cara al escenario que viene, el de la “Post-Pandemia”.
Las proyecciones de Unicef para Argentina, auguran que para el período 2020/2021, el proceso de Infantilización de la Pobreza se seguirá agudizando, llegando al extremo de contar con 7.500.000 NNyA afectados por situaciones de pobreza estructural.
En el mismo sentido, la realidad del aislamiento evidenció la brecha que separa a los NNyA que pueden o no seguir gozando del acceso a su derecho a la educación. La falta de conectividad a internet, la carencia de soportes electrónicos y el hacinamiento, conspiran contra cualquier posibilidad de objetiva de seguir garantizando la “educación remota y a distancia”.
Ello es aún más acuciante, si analizamos que la permanencia obligada en hogares pauperizados, la intimidad obligada en entornos violentos y el propio hacinamiento, importan un notorio retroceso en el proceso de efectividad de los derechos de este colectivo.
Otro aspecto defectuoso ha sido el atinente a la información o a la mala información. Con notorios abusos en cuanto a la afectación de los derechos a la intimidad, la imagen o al real estado de situación de NNyA en tiempos de excepción.
Tampoco puede dejarse de analizar que el microsistema ad hoc creado a partir de la necesidad de proteger el derecho de comunicación entre hijos y progenitores no convivientes, desde el su norma basal, el DNU 297/2020, la Resolución N° 132/2020 y la DA N° 703/2020, abusaron de un discurso centrado en atender el adecuado ejercicio de las obligaciones de la Responsabilidad Parental en excepción, es cierto, pero con ninguna perspectiva o alusión a los alcances de las Leyes de Protección Integral de los Infancias y las Adolescencias, y sólo con alusiones generales al Interés Superior de NNyA, como ornamento, más que como garantía efectiva.
Desde muchos sectores se vaticina el arribo a una “nueva normalidad”. Huelga decir que las “estrategias normalizadoras” en sociedades democráticas, suenan a contrasentido.
Nuestras sociedades, si algo aprendieron de este trance, es que deben aspirar a deconstruir la normalidad, las heteronormatividades, los policiamientos disciplinantes, los estereotipos, etc. De nada sirve volver a la normalidad, es necesario barajar y dar de nuevo.
Es necesario reflexionar sobre los desafíos de la sociedad que viene. Replicar los mismos modelos, sujetarnos a las mismas estructuras, conformarnos con los mismos actores y posiciones, más que acercarnos a una “nueva normalidad”, nos invitan a seguir sosteniendo “más de lo mismo”. Una realidad de puja constante entre incluidos y marginados (La marginación no es una opción, es una consecuencia de la falta de igualdad de oportunidades, y de la realización efectiva de la justicia social.[1])
Volviendo a las Infancias, nos enseña Bustelo, “…que la Infancia como todo campo está compuesto de enfoques, análisis y conceptos, por la práctica que incluye un conjunto de acciones, programas y políticas y, finalmente, por una amplia gama de participantes…”.[2]
La Infancia comprende discursos que construyen subjetividades y relaciones de dominación en torno a su campo de acción, el que como tal, se encuentra plagado de ambigüedades.[3]
En buen romance, nos toca construir un presente más justo e inclusivo, ya que aquel futuro idealizado y remoto que pretendíamos legar a los más jóvenes, se ha transformado de mera proclama a necesidad urgente.
[1] GONZÁLEZ PUYOL, Ángel, “Rawls, el filósofo de la Justicia”, Buenos Aires, EMSE EDAPP SL, 2015. pág. 105.
[2] BUSTELO, Eduardo, “El recreo de las Infancias. Hacia un nuevo comienzo”, Buenos Aires, Edit. Siglo XXI, 2001, pág. 23.
[3] BUSTELO, Eduardo, ob. cit., pág. 76.
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