Abusó de sus hijas durante años: “La tenían tirada en una cama como un perro”

Jornadas difíciles se viven en los tribunales de San Lorenzo durante el juicio oral a Carlos Bernabé Vera, de 52 años, quien abusaba de su hija desde sus 9 hasta sus 18 años hasta que quedó embarazada. Una de las hermanas de la víctima también manifestó haber sido abusada por su padrastro.

Durante las dos primeras jornadas del juicio oral contra Carlos Bernabé Vera, el hombre de 52 años acusado de abusar sexualmente contra su hija desde los 9 años hasta los 18, declararon los testigos de la Fiscalía; entre ellos, la hermana mayor de la víctima, y su actual pareja, quienes brindaron testimonios muy crudos sobre los abusos que sufría la joven desde muy pequeña, hasta que fue “rescatada” por ambos, quienes la ayudaron a salir de ese infierno que vivió durante tantos años con su familia.

B., es hermana de la víctima por parte de su madre, quien convivió también con Vera hasta sus 15 años, hasta que se escapó de esa vivienda de barrio Villa Margarita de Capitán Bermúdez, porque también sufría abusos por parte de su padrastro. La joven relató el estado de vulnerabilidad en la que atravesaban ambas, quienes se hacían responsables de la crianza de sus otros 9 hermanos: “Mi mamá no sé dónde estaba, siempre estaba embarazada o en el hospital con los pibes, si no estaba por parir llevaba a alguno de los chicos a control”, sostuvo B., quien nunca pudo referirse a la mujer como su madre, sino que siempre la llamó por el nombre de pila.

La joven, relató que siempre había tenido sospechas de que su hermana era abusada, porque la misma situación la atravesó ella, y que incluso también tenía dudas sobre la paternidad de su sobrino porque su hermana nunca salía a ningún lado y no tenía ningún contacto con otras personas porque Vera no lo permitía. Un día, G., se desmaya y su hermana la asiste comprándole un test de embarazo que le dio positivo

“Lo único que le preocupaba a mi mamá era que le íbamos a decir a Carlos, y cuando le dijo que estaba embarazada, el respondió que si ya criaba tantos pibes ( en referencia a sus hermanos) que criara uno más”, contó la testigo, que describió a su padrastro como una persona agresiva, “se volvía loco por cualquier cosa, no preguntó ni siquiera quien era el padre, lo decía porque nosotros cuidábamos de nuestros hermanos, donde las más grandes cuidábamos a los más chicos, lo que en realidad  tiene que hacer una madre”.

La mujer, confirmó que Vera es el papá de su sobrino e hija de su hermana y que ella se lo cuenta en el 2017 cuando a raíz de una enfermedad respiratoria crónica que padece el niño, ella no podía salir a trabajar: “Le dije que saliera a buscar al papá del nene y ella dijo que no podía porque el padre era Carlos. Me contó que sufría abusos desde muy chica y que a raíz de esos abusos queda embarazada”, señaló.

Uno de los momentos más difíciles de la jornada, ocurrió cuando B, se quiebra ante el tribunal y manifestó que también fue víctima de manoseos desde que era una niña hasta que a los 15 años intentó violarla y la mujer se escapó: “Se lo dije a mi madre y ella no me ayudó ni me escucho, porque ella no estaba ayudándome. Yo ya no tenía más fuerzas, no tenía recursos para denunciarlo, nadie me apoyó en ese momento”, lamentó la mujer.

El área de género de la provincia intervino luego de la denuncia de B., porque las hermanas menores también corrían peligro ante la perversidad de Vera quien en cierta ocasión hasta llegó a decirles a sus hijas que las iba a violar él antes de que otro hombre las tocara.

También mencionó que, a diferencia del resto de sus hermanas y hermanos, a G., la tenía como si fuese “su esposa”, quien debía hacer todo lo que Vera necesitara: “Él siempre lo hizo así, nadie le decía nada, el siempre gritaba. El gritaba, los maltrataba, cuando venía de trabajar tenía que estar la comida lista. Mi madre dejó que hiciera lo que quisiera y que tomara decisiones por todos.

En ese sentido, también declaró la actual pareja de la víctima, quien conoció a la joven con quien tiene un hijo porque vivía en el barrio, era amigo de uno de sus hermanos y comenzó a trabajar de albañil junto a Vera.

Al joven que tiene 29 años, le llamó la atención que no había visto a G., cuando iba a cenar a la casa de Vera junto al resto de sus hijos: “Nunca la vi, la tenían encerrada en la pieza, me he sentado a comer con todo el grupo familiar, pero ella nunca estaba”.

Cuando el secreto del embarazo de la joven salió a la luz, el muchacho pudo saber que toda la familia protegía al hombre y que buscaban esconder la situación. Tras cinco años de vincularse con el hermano y con el padre, pudo conocer a G, en una ocasión en que se acercó a ayudarla porque su hijo se encontraba muy delicado de salud.

“El padre la tenía tirada como un perro en la cama, la hostigaba y a pesar de que fui amenazado de muerte un día la saqué de la casa. G., era muy cerrada, se vivía desmayando adonde sea, traté de darle ánimo, le dije que tenía que ser fuerte porque era ir todos los días a los hospitales por el estado de salud del nene. Sentí que era el hermano que le faltaba a ella y ella se sintió muy apoyada en mí, ella estaba mal, siempre estaba tirada en una cama, llorando angustiada por el hijo. El hombre le pegaba en la cabeza con un palo, le tapaba la boca con trapos, ni a un animal se le hace eso”, lamentó el joven quien siente que ahora su esposa y los hijos tienen un hogar digno.

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