Este mediodía y cómo lo había adelantado Pregón, se llevó a cabo la audiencia donde imputaron a dos miembros de las fuerzas de seguridad y empleados de la jefatura sanlorencina por haber abusado sexualmente de una compañera y de haberla filmado y viralizado el video del ataque.
A José Matías Roldán, el fiscal Maximiliano Nicossia lo acusó de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por haber sido cometido por miembro integrantes de las fuerzas de seguridad policiales en ocasión de sus funciones en calidad de autor y consumado.
Mientras que a Leandro Pucheta, lo imputaron por los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por haber sido cometido por miembro integrantes de las fuerzas de seguridad policiales, en ocasión de sus funciones en calidad de partícipe necesario. Asimismo se le imputó que siendo miembro integrante de la fuerza haber hecho registro fílmico del hecho de abuso sexual omitiendo el deber de cuidado.
La Jueza de Primera Instancia Dra. Strólogo dictó para Roldán la prisión preventiva efectiva por el plazo de ley y para Pucheta por el plazo de 90 días tras un acuerdo entre la Fiscalía y la Defensa.
El abuso y la complicidad policial
Para comprender cómo una estructura cómplice y verticalista como es la policía, basta con la información que brinda el fiscal Maximiliano Nicossia, sobre la denuncia, que fue realizada casi un mes después ( el abuso ocurre el 23 de diciembre y la denuncia el 18 de enero) debido al temor que tenía la víctima de hablar. No fue hasta que el video de su violación comenzó a viralizarse y con ello la humillación que sufrió G., que se animó a denunciar lo ocurrido en la Agencia de Trata de Personas y Violencia de Género.
No solamente hay acusada una persona que abusó sexualmente de la mujer, sino otro que filmó y arengó el hecho, mientras un grupo de policías que recibieron el video lo viralizaron, yademás otros colegas que sabiendo lo que la joven padeció decidieron callarlo, y ocultarlo. Tampoco se supo si la Unidad Regional XVII inició un sumario administrativo o que hayan sido pasados a disponibilidad cuando los hechos se conocieron.
La «mala víctima«
En su defensa, ambos imputados negaron los hechos y apuntaron a que la víctima estaba alcoholizada y que Roldán, quien esa noche estaba junto a Pucheta cumpliendo el servicio adicional en el local bailable de Salta y Avenida San Martín de San Lorenzo, intentó asistirla primero dándole una banqueta para que se siente y luego llevándola a su automóvil Ford Fiesta que estaba estacionado a pocos metros para que descanse: «Como una cuestion de camaradería (Roldán) la lleva al auto, la deja adentro del auto, incluso habia personal de seguridad dentro del boliche que vio toda la secuencia; yo jamás dejo mi servicio de adicional» argumentó Pucheta quien aseguró que el no filmó la secuencia del abuso. Además respondió preguntas del fiscal Nicossia y de su abogada, la Dra. Evelyn Andriozzi, quien ofreció el patrón del teléfono secuestrado, y la localización del gps para demostrar que Pucheta ya estaba en su casa cuando se denunció la violación.
Por su parte, Roldán también basó su defensa en que la joven había bebido alcohol y que éintentó ayudarla: «G acudió al boliche junto a otros chicos; se veáa que tenía los labios mal pintados y estaba alcoholizada, y cerca de las 3:45 horas la saca una mujer del lugar ya que esta chica estaba cayéndose en una silla o estaba dormida y le ofrezco la banqueta, la llevó a mi auto, la dejó ahí y vuelvo de nuevo al servicio. Fui y le dije a la compañera que estaba con ella que G estaba mal y después se fue», argumentó el policía.
En la investigación del fiscal, Roldán la lleva al auto donde la fuerza, la tira contra el asiento y la abusa sexualmente. Le saca las pertenencias y le deja 2000 pesos como si fuera un servicio, explicó Nicossia, quien agregó que fue otro policía quien la lleva a la casa de una amiga donde al verla lastimada la miró y le dijo «amiga estas violada».
Incluso hay cámaras de la zona que muestran la secuencua y un video que fue extraído dónde se observa el abuso y como una persona, a quien apuntan es Pucheta arenga a su colega, mientras se escuchan los gritos de auxilio de la víctima. Además hay testigos protegidos que son policías y que dieron la misma versión que la víctima sobre los hechos.
La víctima horrorizada
Finalmente, G., quiso hablar y le pidió a la jueza Strólogo que quedaran en prisión porque tenía miedo: «Temo por mi vida y me integridad física y el señor Roldán tiene muchos contactos en la fuerza y temo por mi integridad fisica, el daño que me han hecho como persona y como mujer es irreparable, es una situacion muy dificil para mi y mi deseo es que permanezcan detenidos. Denuncié a personal policial porque esta situación fue muy dura para mi y que se haga lo que se tenga q hacer».
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