Balacera en el boliche Mora: el relato en primera persona de una de las policías heridas

Este fin de semana, el boliche Mora fue atacado por desconocidos que dispararon unas 30 veces contra el local bailable, hiriendo a dos policías que prestaban servicio adicional y a un paramédico. Los suboficiales Lucas Z y Mariela B., resultaron con lesiones por arma de fuego y debieron ser intervenidos quirúrgicamente.

Días después, Mariela recordó el calvario que atravesó y reclamó la falta de apoyo desde el boliche y del gobierno provincial, y deberá pasar dos meses inactiva, con todo lo que ello conlleva: menor trabajo, menos horas extraordinarias, menos servicios para poder alimentar a su hijo menor de edad.

Para la agente, todo comenzó hace quince días, cuando hubo una fuerte pelea dentro del boliche donde resultaron personas apuñaladas, en un hecho que no trascendió mediáticamente, aunque algunos videos del ataque trascendieron en las redes sociales. Ell motivo fue el robo de una cadena de oro que finalizó con la clausura del boliche debido a que varias personas resultaron lesionadas.

Para Mariela, lo que ocurrió este fin de semana, es consecuencia de esa pelea; entre jóvenes que van al boliche regularmente y que podrían pertenecer a bandas narcos de la región. La noche donde hubo enfrentamiento con armas blancas, los dueñps del boliche les prohibieron el ingreso y ese habría sido el desencadenante de la balacera.

La madrugada del domingo, Mariela notó algo distinto; ya no eran dos policías, sino seis los que custodiaban, “siempre fuimos 2, o eran 2 porque yo era la segunda vez que prestaba servicio, pero tengo conocimiento del mismo”.

“Esta fue la primera vez que había seis policías, y había un móvil policial y una camioneta de la policía cruzada como tapando el ingreso de la entrada. Entonces la posición de los vehículos me dio algo de rareza, pero no, qué sé yo, quedo ahÍ”, recordó Mariela.

Sobre el ataque, la mujer policía recordó: ” Yo no los veo, pero tengo a mi compañera, que es una chica de seguridad, que ella hace el comentario y dice, che allá enfrente hay uno todo encapuchado. Enfrente tenés casi descampado y después una casita. Y ella los vio y ella dice, che miren ahí enfrente hay uno encapuchado. Le llama la atención, ella da aviso, y no le prestaron atención, le dijeron dejá, no pasa nada. Y ve que se mueve el pibe y vuelve a dar aviso a otro encargado de ella y no le dieron bola”, contó Mariela.

Lo que siguió después fue una película de terror; mientras la gente ingresaba al local, empezaron los disparos cerca de la 2.20 h por avenida San Martín.,

“Yo escucho los primeros cinco tiros y yo fui la primera herida y yo dije ¡ay! porque sentí que algo me entró, no sabía todavía que era un disparo y cuando quiero dar el segundo paso ahí me caigo. Y bueno ya era una lluvia de balas, era algo que no paraba más, recuerdo que a mí me arrastra una compañera y nada, nos mirábamos y decíamos nos van a matar, porque cada vez se escuchaban más cerca los disparos y no paraban”, relató angustiada.

Mariela contó unos 30 disparos, pero no pudo moverse, mientras veía a sus compañeros también tirados en el suelo. También el paramédico que está en el ingreso por prevención resultó herido.

A Mariela y a u compañero Lucas los derivaron al Sanatorio Plaza donde fueron intervenidos quirúrgicamente, mientras la puerta era un caos, todos evacuando el lugar y toda la manzana cubierta de móviles policiales. Él o los atacantes, ya se habían retirado para ese momento.

Sobre la actitud de los dueños del boliche, Mariela destacó que no hubo empatía: “Los dueños, hay dos. uno por lo menos a mí no me contactó pero no se ofreció nada, únicamente me preguntó cómo estaba. Pero no me ofrece ayuda ni nada por el estilo. Y lo que sí sé es que como soy la primera herida, ellos tienen una oficina dentro del boliche y una chica de seguridad va a pedir que llamen una ambulancia porque yo ya estaba herida. Y no le abrían la puerta. Entonces ella de tanto que la golpea y la empuja, la abre y dice que cuando abren la puerta estaban todos mirando las cámaras. Estaban mirando las cámaras pero ninguno hacía nada”, dijo sorprendida.

“Estaban todos mirando encerrados en una oficina mientras que nosotros nos tiraban. Es tremendo. Era como que ellos estaban mirando una película”, lamentó.

Ahora Mariela tiene dos meses de rehabilitación, donde además, tiene que costear su propio tratamiento y traslado, porque la ART, les reintegra lo abonado pero no es el momento. La agente resaltó el apoyo de sus jefes, Diego Bonfietti y el responsable de la Agrupación Cuerpos, Mauricio Nowichi, pero sostuvo que desde el gobierno provincial nadie se comunicó, ni el ministro de Seguridad Pablo Coccocioni, ni el gobernador Maximiliano Pullaro.

“Mi jefe me alquiló la muleta, la bota, después tengo otro que me fue a comprar medicamentos, pero después nadie más. Y me indigna la provincia, porque sabe cómo es todo esto, lamentablemente tengo que pedir, pero loco, que nos den una mano. Nadie tiene asistencia psicológica. Y tengo cuatro compañeros más que no están recibiendo asistencia, no fueron baleados, pero no pueden dormir. que duermen con la pistola abajo en la camada, porque eso fue una lluvia de balas”, expresó.

Capitán Bermúdez tiene una historia de violencia relacionada al narcotráfico que tuvo su consecuencia más cruel con la muerte de la joven Any Rivero frente al boliche Stone, el 2 de noviembre de 2014.

En abril de 2023, dos policías resultaron heridos, cuando una motocicleta disparó en la puerta del boliche, En enero de ese mismo año, un joven de 20 años recibió un disparo en la pierna derecha y fue hospitalizado.

En 2018, el mismo boliche que fue atacado este fin de semana había sido escenario de varias hechos violentos. Se trataba de un local que en su momento se llamaba Fulana, nombre que fue cambiado en varias ocasiones, manteniendo siempre los mismos propietarios.

El 27 de enero de dicho año, se registró un tiroteo desde un Citroën C3 contra la fachada del boliche, que dejó a un joven de 20 años, residente en Rosario, herido. La bala le rozó el cuero cabelludo y otra le impactó en la pierna. El joven fue trasladado al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, donde permaneció en observación.

Durante ese mismo año, en julio, tres jóvenes resultaron heridos en la puerta del establecimiento. Uno de ellos, Agustín L., quedó gravemente herido tras recibir una herida de arma de fuego en el abdomen. Los otros dos, Alejandro S. y Ezequiel G., menores de edad, sufrieron lesiones en las rodillas. Además, se registró un caso de un adolescente de 17 años que fue baleado por la espalda por dos individuos armados desde un vehículo al salir del boliche. Según su relato, la pelea habría comenzado dentro del local.

Fue el propio intendente, Daniel Cinalli, que en declaraciones, atribuyó los ataques a disputas por el territorio narco: ““Lo ha habido siempre, las personas que tienen los dos boliches de nuestra ciudad se dedican al rubro de la noche hace muchos años y son muy conocidos; pero sí creo que la sociedad está atravesada por el consumo de estupefacientes y en los boliches aún más”, había señalado en ese momento.

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