Uno de los integrantes de la organización es un policía cuyo padre fue jefe de las unidades regionales II de Rosario y XVII de San Lorenzo.
La historia de cómo desbarataron una banda de vendedores de drogas sintéticas en Rosario, con un laboratorio en la zona más señorial de la localidad de Roldán para fabricar éxtasis, tiene muchos elementos para ser parte al menos de un capítulo de una serie de culto, del corte “Breaking Bad”.
Tras la caída en desgracia en febrero pasado del suboficial Nicolás Balzi y su novia uruguaya Gabriela Celia T.H., efectivos de la División Antidrogas Rosario de la Policía Federal continuaron investigando la línea de distribución de los vendedores de éxtasis, drogas de diseño y cristal en gimnasios y fiestas electrónicas. Este miércoles se hicieron efectivos 14 allanamientos en la región en las que fueron detenidas siete personas, dos de ellas mujeres. Según la investigación la banda es liderada por un hombre apodado “Emi Trix”, con residencia en Condominios de Refinería, y un policía con diez años de servicio cuyo padre fue jefe de policía de Rosario y San Lorenzo.
Los federales lograron secuestrar alrededor de 130 gramos de polvo MDMA (o éxtasis), 2.622 pastillas de éxtasis, 28 troqueles de LSD, 155,9 gamos de cristal, 170 gramos de cogoyos de marihuana, 3 pistolas calibre 9 milímetros (dos Bersa y una Browning), municiones, 823 mil pesos, 1200 dólares, 200 euros y 5 balanzas de precisión. Para tener una dimensión del negocio, cada una de las pastillas de éxtasis tiene un costo que ronda los 2 mil a 3 mil pesos.
La investigación, que se retomó a partir del 10 de marzo pasado, estuvo en manos del fiscal federal Javier Arzubi Calvo, recientemente designado en la Fiscalía Federal número 1 con la colaboración del fiscal Diego Iglesias de Procuraduría contra la Narcocriminalidad de la Nación (Procunar) y Matías Scilabra de la Delegación Rosario de la Procunar. El operativo de detención y secuestro de droga se realizó en la previa de una serie de fiestas de música electrónica en Rosario y en la ciudad de Córdoba.
Según la acusación, por debajo de Emi Trix y del policía Leandro Walter Miranda, hijo del ex jefe Walter Miranda, se desplegaban al menos otras seis personas que se dedicaban a distintos aspectos del menudeo de drogas sintéticas, de diseño o de nuevo diseño, que ponían a la venta, tras realizar contactos por redes sociales, en sectores VIP de fiestas electrónicas realizadas en la ciudad de Rosario y alrededores. Según fuerzas de seguridad nacionales que trabajan en Rosario, el éxtasis es la cuarta droga más consumida en la ciudad, detrás de la cocaína, marihuana y el LSD.
Los operativos fueron ordenados por el juez federal Carlos Vera Barros y se realizaron en Vélez Sarsfield al 500 (Condominios de Refinería), un 8º piso de San Lorenzo al 1600, Riccheri al 1000, French al 1400, Drago al 1000, Alberdi al 600 bis, San Martín al 3000, Paraguay al 1500, Tucumán al 1700, Zelaya al 1200, San Martín al 1300, San Juan al 500, Calchaquíes al 600 (Roldán) y el country Kentucky de Funes.
Buches y testigos encubiertos
Todo se destrabó, como en la causa inicial contra el policía Balzi, a partir de los dichos de un testigo encubierto. Vale destacar que, según precisaron fuentes consultadas las bandas que venden drogas sintéticas son más horizontales que las que expenden cocaína y marihuana. En el caso de Balzi fue otro policía. El nuevo testimonio colocó como cabecillas de la organización a Emilio Martín T., alias Emi Trix. Este hombre residía junto a su novia Julieta V., una instagramer con 13 mil seguidores que además cuenta con un local de manicuría en un octavo piso de San Lorenzo al 1600. Allí se encontraron 2.622 pastillas de éxtasis y 130 gramos de cristal, además de una balanza digital. Entre las pastillas secuestradas había un lote de “Instagram rojas” definidas por los conocedores como “de alto poder”.
También se incautaron 815 pastillas de diseño con forma de auto color rosa, 100 pastillas que en el anverso tenían el logo de Visa y en el reverso el de Mastercard en colo gris, 26 pastillas con el logo de bitcoin en color amarillo, una pastilla con el logo de Kenzo de color violeta, cinco pastillas con el logo de Fort Nite color marrón, tres con el logo de Fort Nite color rosa, dos con la forma de un rostro de payaso color beige, tres con el logo de Uber en color azul y 16 fragmentos de pastillas sin logo visibles.
Sobre Emi Trix hubo una investigación abierta en abril de 2016, iniciada tras un informe de la Aduana de Rosario, en la que se denunció que había arribado a la ciudad una encomienda cargada de pastillas proveniente desde Holanda con su dirección. La pesquisa no avanzó. Emi Trix es monotributista.
Entre los seguimientos que realizaron los investigadores sobre Emi Trix se comprobó que el mencionado estuvo en una fiesta electrónica realizadas el pasado 24 de marzo y el 29 de abril en el salón Metropolitano. Y que, de las vigilancias efectuadas, habría realizado en esas oportunidades venta de drogas en uno de los baños del lugar. Sobre Miranda, los investigadores indicaron que tenía vínculos directos con el policía Balzi, aunque nunca llegaron a trabajar juntos. Dentro de la estructura el hijo del ex jefe policial sería quien administraría el laboratorio de elaboración ubicado en Calchaquíes al 600, Roldán. Además, le achacan que comercializaba las sustancias (pastillas y cristal) en grandes cantidades junto con su pareja, que actualmente estaría en Brasil. También se ocuparía de apretar a los deudores de la organización. Miranda trabaja en la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y figura como titular de dos Fiat Siena que funcionan como taxis en Rosario. Los detenidos serán indagados en las próximas horas.
El policía Balzi
En el mundo de la venta de drogas la actividad de “buches” o “soplones” suele ser determinante en la suerte de las investigaciones. Y en el caso de Balzi fue uno de ellos quien alertó sobre la existencia de un policía que vendía drogas de diseño en la modalidad de delivery y en fiestas electrónicas. La droga era MDMA en sus formatos éxtasis y cristal. Para febrero pasado este suboficial de la policía santafesina de 25 años que prestaba servicios en la comisaría 2ª de Cañada de Gómez, ya no tenía escrúpulos. Vendía éxtasis y cristal en fiestas electrónicas y gimnasios de Rosario. Y si tenía que hacer una venta de uniforme, también lo hacía. Así lo hizo hasta que un buche lo delató y el fiscal federal Arzubi Calvo ordenó que se le realizara primero un seguimiento y luego escuchas judicializadas. Así saltó la vida un policía que, según la foto en la que se lo veía, posaba entre trofeos como fisicoculturista, en una fiesta rodeado de mujeres o con el uniforme de gala de la santafesina. Pero detrás de ese backstage de Instagram la investigación descubrió a un vendedor de drogas sintéticas.
Luego de egresar en diciembre de 2020 del Instituto de Seguridad Pública (Isep), en marzo del año pasado Nicolás Balzi comenzó a trabajar en la comisaría 2ª de Cañada de Gómez, 70 kilómetros al oeste de Rosario. Según contó el informante de los investigadores, que el policía no sólo vendía en fiestas electrónicas, sino también bajo el formato delivery en gimnasios, entre ellos uno de barrio Sarmiento. El informante aportó datos precisos: “Balzi vende cristales a 20 mil pesos el gramo, pastillas «Homero» y «GoPro violeta» a 2 mil cada una y está por vender 50 pastillas a 75 mil pesos” con motivo de una fiesta electrónica que se llevará a cabo este sábado. También advirtió que “entre jueves y viernes se va de vacaciones”. Balzi y su novia uruguaya Gabriela Celia T.H., continúan detenidos.
La Capital
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