Condenaron a la pena perpetua por asesinar a su madre y a la pareja de ella

Mauricio Marionsini fue condenado a prisión perpetua por la muerte de su madre, Tamara Marionsini, y su pareja, Silvio Martini, en un caso de homicidio calificado que tuvo lugar el 20 de enero de 2024 en Rosario. El fallo fue dictado por un tribunal compuesto por los jueces Pablo Pinto, Marino Aliau y Hebe Marcogliese, quienes homologaron el procedimiento abreviado presentado por la Fiscalía y aceptado por la Defensa.

El fiscal Alejandro Ferlazzo, de la Unidad de Homicidios Dolosos, había imputado a Marionsini, de 34 años, por el ataque ocurrido alrededor de las 3 de la mañana en un domicilio de Vera Mújica al 4800. Según los informes, Marionsini agredió a su madre de 53 con un cuchillo tipo carnicero mientras ella intentaba cruzar de un almacén al comedor. Posteriormente, persiguió a la pareja de su madre , Silvio Martin 68i, mientras este se encontraba indefenso en la cama, apuñalándolo también.

El asesinato de ambas víctimas fue descrito como un acto de alevosía y ensañamiento, dado que Marionsini continuó con la agresión una vez que ambos se encontraban heridos. Tras el doble homicidio, se sustrajo dinero del negocio familiar y celulares de las víctimas. Posteriormente, limpió el lugar y ocultó los cuerpos en el sector trasero del almacén.

La situación se desató cuando, alrededor de las 18:50, la policía fue alertada por la ausencia de Tamara Marionsini en el barrio. Al ingresar al domicilio, encontraron el cuerpo sin vida de la mujer. Ante las sospechas, Mauricio Marionsini intentó escapar, pero fue detenido poco después.

La frialdad del doble homicidio

Según la investigación en el momento en que la madre del condenado es apuñalada, había apagado la luz del almacén contiguo al comedor de la vivienda, y al intentar pasar desde el comercio hacia el comedor por la puerta que dividía los sectores. Luego de esas primeras puñaladas, quedó su madre herida en el almacén, y se dirigió corriendo al dormitorio ubicado a escasos metros del comedor, donde se encontraba durmiendo Silvio Martini, su pareja.

Allí lo apuñaló en momentos en que este se encontraba indefenso sobre la cama. Seguidamente, regresó portando el cuchillo al sector donde estaba tirada su madre y continuó apuñalándola con el arma blanca, en distintas partes del cuerpo, y efectuándole golpes.

Luego, arrastró a su madre desde la zona del almacén hasta el comedor, mientras la misma estaba herida todavía con signos vitales. Seguidamente, se dirigió hacia Silvio Martini, que había logrado arrastrarse herido desde su cama hasta la zona del comedor y allí continuó apuñalándolo en distintas partes del cuerpo. A continuación, aún con ambas víctimas con vida, tomó un elemento y se dirigió hacia su madre, realizando maniobras en la zona de rostro-cuello, logrando su fallecimiento por lesión vascular cervical y pulmonares graves ; luego, realizó la misma maniobra con Silvio Martini provocando su fallecimiento por lesión vascular cervical y pulmonar izquierda grave.

Después de lograr el fallecimiento de ambas víctima, sustrajo dinero del negocio (almacén), lo contó arriba de una mesa del comedor. Asimismo, se llevó los celulares de ambos. A continuación, se cambió la ropa, teniendo presente que el condenado habitaba en el domicilio de la planta alta de la vivienda, al cual se accede por una escalera ubicada en el frente de la vivienda.

Luego, comenzó con tareas de limpieza de sangre y ocultamiento de los cuerpos. Para ello, tomó dos bolsas de nylon negras y trasladó a su madre al sector trasero del almacén ubicado en forma contigua al comedor. Respecto del cuerpo de Silvio Martini, lo ubicó encima de una de esas bolsas, y a través de ella, lo deslizó cruzando el patio trasero de la vivienda, sector donde existe un jardín y una pileta, y lo depositó en el cuarto allí existente. Limpió la sangre de todos los ambientes, e ingresó sábanas y ropa con sangre en la máquina de lavar ropa ubicada en el patio de la vivienda. Asimismo, intentó comunicarse (vía mensaje) con los empleados del almacén de su madre, haciéndose pasar por su madre, para decirles que no abran el negocio.

Además, el hombre detalló en un papel todo el plan criminal. Dejó escrito que debía vender un auto, una moto y comprar un pasaje para irse a Perú. Al ser detenido días después del doble homicidio, dijo ante la Policía: “Yo los maté”.

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