Corrientes: Forestadora Tapebicuá que controla Celulosa Argentina paralizó actividades y dejó 500 personas cesantes

Una de las mayores empresas del sector forestoindustrial argentino anunció la paralización total de sus operaciones en Gobernador Virasoro, por 30 días desde el pasado viernes.

La medida deja en cesantía temporal a 520 operarios en un contexto de crisis económica y financiera que amenaza la continuidad de la planta.

La compañía, controlada por el mismo grupo que Celulosa Argentina, arrastra desde hace meses una caída de actividad y problemas de liquidez, agravados por la recesión industrial, la contracción del consumo interno, la apertura de importaciones y un dólar atrasado que erosiona la competitividad exportadora. Según fuentes gremiales, ya mostraba “signos de crisis casi terminal” antes de este anuncio.

El conflicto incluye deudas salariales: la empresa aún no abonó los sueldos de julio ni el medio aguinaldo de junio. Este incumplimiento llevó al Sindicato de Trabajadores de la Madera (STM) a iniciar una demanda judicial por $170 millones, que derivó en el embargo de una cuenta bancaria.

Desde Tapebicuá sostienen que esta medida judicial limita su capacidad de pago y condiciona cualquier negociación: “Con el embargo se nos imposibilita acceder a los fondos necesarios para cumplir nuestras obligaciones. Estamos en conversaciones para destrabar la situación”, indicaron voceros.

La suspensión afecta todas las líneas de aserrado y procesamiento, impactando también en proveedores, transportistas y contratistas vinculados a la cadena forestal regional. “Es un golpe muy duro para Virasoro y para toda la zona forestal del norte de Corrientes”, reconocieron autoridades municipales, preocupadas por el efecto multiplicador negativo en la economía local.

Economistas advierten que una prolongación del parate podría derivar en pérdida definitiva de empleos y una merma significativa en la recaudación municipal y provincial. En el corto plazo, la reactivación dependerá de acuerdos judiciales y financieros que permitan levantar el embargo y disponer de capital de trabajo. El STM no descarta medidas de fuerza si no se regularizan los salarios en los próximos días.

Antecedentes y señales de alerta

La crisis de Tapebicuá se enmarca en un Proceso Preventivo de Crisis (PPC) presentado ante la Secretaría de Trabajo provincial. En paralelo, trascendió que la empresa analiza suspender a más de 200 empleados durante tres meses, pagándoles solo el 20% de sus sueldos, y que incluso evalúa despidos masivos con indemnizaciones fraccionadas. En 2023, ya había cerrado su planta de San Charbel en Garruchos, dejando a 70 personas sin empleo.

Tapebicuá no es un actor menor: integra el grupo de los 10 aserraderos más importantes del país y emplea a más de 500 trabajadores en la región. Su crisis enciende alarmas en todo el sector forestoindustrial.

Mientras Virasoro ha sido escenario de inversiones de última generación —como la central de biomasa San Alonso de Hugo Sigman y el aserradero de Acon Timber, considerado el más grande del país— Tapebicuá opera con maquinaria obsoleta y procesos productivos desactualizados. Expertos señalan que la falta de inversión tecnológica ha sido una de las causas centrales de su deterioro, sumada a un mercado cada vez más exigente y globalizado.

La empresa reconoció una caída interanual del 49% en su facturación, con descensos del 29% en la producción de compensados fenólicos y del 17% en madera sólida, incluso frente a un 2024 ya recesivo.

Un síntoma del modelo económico actual

La situación de Tapebicuá refleja los efectos del modelo económico impulsado por el presidente Javier Milei, caracterizado por ajuste fiscal, apertura comercial y recorte de obra pública. La paralización de la construcción —gran demandante de madera— y la falta de incentivos a las exportaciones han sido determinantes para el derrumbe de la rentabilidad.

El futuro de la planta dependerá de la negociación en la Secretaría de Trabajo y de la capacidad del Estado y la empresa para encontrar una salida que evite el colapso de uno de los principales motores económicos del noreste argentino. En Virasoro crece el temor a que esta suspensión marque el principio del fin de Tapebicuá, y con ello, un golpe estructural para toda la economía regional.

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