El Hospital Granaderos a Caballo, en San Lorenzo, ha implementado desde enero de este año un innovador dispositivo de salud mental denominado “De Brote en Brote”. Esta iniciativa, que forma parte de las políticas de sustitución manicomial, busca ofrecer un espacio comunitario de integración y apoyo para personas con patologías del ámbito de la salud mental. En el marco del mes de la salud mental y con una feria en la plaza del hospital se dio a conocer el alcance y objetivos de este proyecto, que ha sido declarado de interés provincial.
Un espacio de acompañamiento y contención
El Dr. Emiliano Grilli, vicedirector del hospital, explicó que el dispositivo busca involucrar a más personas de la comunidad, ofreciendo un seguimiento ambulatorio a los pacientes para que no se sientan desamparados después de pasar por situaciones críticas. “La salud es un proceso, no existe un estado de bienestar permanente, y este dispositivo está para acompañar a quienes lo necesiten”, aseguró Grilli. El equipo de salud mental está compuesto por médicos psiquiatras y psicólogos, sumando entre 8 y 10 profesionales.
“Acá nosotros tenemos ingresos por guardia, donde el paciente crítico o el paciente que está en una crisis de este ámbito de esta índole de salud mental, ese ingreso va a ser por guardia, luego después, cuando ya está un paciente estabilizado, se externan, y justamente estos dispositivos están para el trabajo ambulatorio y un seguimiento de ellos para que no se sientan desamparados ni solos en este transcurso, porque, como siempre recordamos, la salud es un proceso, en donde no hay un completo estado de bienestar psicosocial permanente, entonces esto está para ir acompañando a aquellos que quieran acercarse”, manifestó Grilli
Por su parte, el director del hospital, Dr. Eduardo Ros, destacó la importancia del dispositivo en un contexto donde las consultas por crisis de salud mental han incrementado notablemente. “Recibimos un promedio de 4 o 5 consultas diarias de pacientes en crisis, y las camas de internación para salud mental están ocupadas entre un 80% y 100%”, explicó Ros. También hizo hincapié en que el hospital de San Lorenzo cubra una amplia zona de influencia que incluya varias localidades vecinas.
“Hay que destacar la importancia de que hay un equipo, con profesionales que acompaña a las personas que están pasando por situaciones críticas, como depresión, ansiedad, ataques de pánico, hay un mundo de cosas. En el salud mental, lamentablemente, tenemos algo que atraviesa, y lo sabemos todos, el consumo de sustancias, que está asociada a todas estas patologías. Que lamentablemente, acá se trabaja muy bien con esto, se hace la deshabituación, tiene un equipo, un taller de admisión para pacientes, pero el tema es el post. Una vez recuperado el paciente deshabituado, es la falta de contención que hay después, y por eso la recaída en este tipo de situaciones”, manifestó el director del Granaderos a Caballo.
Un enfoque comunitario y no medicalizante
La psicóloga Silvana Lagatta subrayó que “De Brote en Brote” se enmarca en las políticas de sustitución manicomial: esto es evitar que las personas sean llevadas al hospital psiquiátrico, por ejemplo, que sean institucionalizadas o que la manicomialización también quede impregnando su tratamiento. “Que un paciente, lo único que reciba sea un tratamiento psicofarmacológico es un manicomializar a un padeciente. La propuesta es otra, es volver a ofrecerle n espacio de intercambio, salir del aislamiento, de la soledad, restituir el lazo social, al seguimiento del cuidado de una planta. Algo que puede parecer tan simple, tan sin sentido, no lo es en absoluto”.
La idea es promover propuestas que promuevan el lazo social y la participación activa de los usuarios. Este tipo de dispositivos son generalmente implementados en instituciones monovalentes, pero en este caso, el hospital de segundo nivel de San Lorenzo ha logrado integrar un enfoque comunitario. “Evitar la manicomialización significa ofrecer espacios donde los pacientes no solo reciben medicación, sino también oportunidades de interacción y actividades significativas, como el cuidado de plantas”, agregó Lagatta.
Una red de apoyo esencial
Lourdes Palma, acompañante terapéutica del programa, resaltó la importancia del espacio para los usuarios después de una internación, ya que muchos se sienten fuera de lugar al regresar a la sociedad. “Los chicos vienen cuando quieren, cuando necesitan compañía o descargar emociones”, comentó Palma, quien destacó la dinámica grupal y el compañerismo que se ha generado entre los participantes.
Valeria, una de las usuarias del dispositivo, compartió su experiencia: “El grupo me ayuda mucho cuando tengo ataques de pánico o cuando me siento mal. Puedo venir a ‘De Brote en Brote’, pasar un rato, regar las plantas, y me siento mejor. Es muy importante el apoyo de los profesionales”.
El dispositivo está abierto de lunes a viernes, y los usuarios pueden acudir cuando lo deseen. El espacio no solo ofrece un lugar de encuentro, sino también un refugio donde cada persona puede ser escuchada y acompañada en su proceso de recuperación.
Compromiso y expansión
Desde su creación, “De Brote en Brote” ha sido un éxito, y el equipo de profesionales sigue ampliando su alcance. En palabras del Dr. Ros, el compromiso del equipo de salud mental es excepcional: “Lo hacen con el corazón, más allá de la profesión, con un fuerte compromiso social”. Con este dispositivo, el hospital de San Lorenzo sigue liderando en la atención de salud mental, brindando un servicio vital para la comunidad y ofreciendo una alternativa más humana y comunitaria frente a los problemas de salud mental.
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