En la noche del sábado en San Lorenzo, la desesperación de una llamada al 911 movilizó a dos policías hacia una vivienda del Boulevard Eva Perón, donde un niño de dos años había dejado de respirar. Al llegar, la madre recibió a los agentes entre gritos y llantos. Dentro de la casa, el subinspector Damián Aguilar encontró al pequeño inconsciente e inmóvil sobre un sillón.

Ante la gravedad del momento, los uniformados decidieron no esperar a una ambulancia y trasladaron de inmediato al niño en su patrulla hacia el Hospital Granaderos a Caballo. Durante ese angustioso trayecto, la oficial Valeria Zeballos comenzó a practicar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) dentro del vehículo en movimiento. Tras tensos segundos, el pequeño reaccionó: vomitó, recuperó la respiración y empezó a sollozar, señal clara de que volvía a la conciencia.

Una vez en el hospital local, el menor recibió atención médica inmediata que logró estabilizarlo. Posteriormente, fue derivado al Hospital de Niños de Rosario para continuar con una evaluación y cuidados más especializados.

La Policía de Santa Fe destacó la intervención rápida y profesional de ambos agentes, cuyo desempeño en una situación límite resultó decisivo para salvar la vida del pequeño.