El aduanero de San Lorenzo detenido en Salta era investigado por la justicia como parte de una red narco

El funcionario de la Aduana de San Lorenzo detenido en Salta con casi 20 kilos de cocaína seguirá detenido tras abstenerse de declarar en el Juzgado Federal de Orán. Ayer el Ministerio de Seguridad de la Nación señaló que el empleado de la Afip era investigado como parte de una red narco que ingresa cocaína desde Bolivia.

Emilio Matías Souza, de 34 años, fue detenido la noche del domingo cerca del paso fronterizo Aguas Blancas, un puente sobre el río Bermejo que comunica a la Argentina con Bolivia. Al volante de un Volkswagen Gol Trend, que según una versión habría abordado del lado argentino de la frontera, circulaba hacia el sur cuando fue interceptado por un retén del Escuadrón 20 Orán de Gendarmería, en el cruce de las rutas 50 y 34 y cerca de la localidad salteña de Pichanal.

En el control sorpresivo efectivos de la Unidad de Investigaciones y Procedimientos Judiciales Orán registraron el auto y detectaron, mediante golpes, una posible anomalía entre el paragolpe trasero y la chapa de la carrocería. Según se confirmó, el conductor del auto vestía un chaleco de la Afip, llevaba una mochila del organismo y dijo ser funcionario de Aduana.

Sin embargo, no pudo evitar que los gendarmes profundizaran la requisa del auto. Así, desmontaron el paragolpes y hallaron detrás de una estructura de chapa 18 paquetes de una sustancia que resultó ser cocaína y cuyo pesaje arrojó un total de 18,988 kilos.

El lunes Souza fue imputado en la Fiscalía Federal de Orán por tenencia de estupefacientes agravada por su función y se abstuvo de declarar.

“Puntos estratégicos”

Desde el Ministerio de Seguridad de la Nación se enmarcó la detención de Souza en una investigación sobre una organización narco con contactos en las localidades de Aguaray, Salvador Mazza y Orán, “puntos estratégicos del entramado criminal para ingresar cocaína desde Bolivia”. Según esa versión, tareas de inteligencia criminal dieron cuenta sobre las actividades del funcionario aduanero y en ese marco lo detuvo.

“El detenido era una pieza importante de la red trasnacional con vínculos en la frontera norte. Antes de ser desplazado por la Aduana a la provincia de Santa Fe, había trabajado en la sede de Salvador Mazza”, indicaron desde el Ministerio, y agregaron que el sospechoso “vestía el chaleco oficial de la Afip para evitar cualquier tipo de control vehicular en las rutas”. La información oficial también confirmó que Souza “trabajaba en el control de puertos y la hidrovía en San Lorenzo” y que había pasado unos días en un hotel de la ciudad de Orán.

Asimismo, ayer se supo que Souza es oriundo de Aguaray y que trabajó en la Aduana de Salta entre 2007 y 2011. Su destino siguiente fue Pocitos, donde se desempeñó hasta 2015 cuando fue trasladado a San Lorenzo. Al parecer, su mudanza a la oficina santafesina coincidió con una intervención en la Aduana de Pocitos a partir de sospechas de que se cobraba entre 15 y 25 mil pesos para dejar pasar hacia Bolivia camiones que llevaban mercadería con alto valor impositivo.

 En un hotel de mala muerte esperó el llamado. “La otra vez me llevé 20 kilos”, le dijo al cómplice ni bien atendió. “Ahora quiero 30 kilos”, se envalentonó. Tuvo que conformarse con 18,9 kilos de cocaína. No entraba más en el paragolpes trasero del auto.

La Unidad de Investigaciones y Procedimientos Judiciales (Uniprojud) de Gendarmería de Orán le habían intervenido el teléfono. Los detectives sabían que estaban detrás de una mula de una banda más grande, pero no que se trataba de Souza, operador del Control Aduanero de la Dirección Regional San Lorenzo, en la Hidrovía Paraná-Paraguay.

Souza quedó a disposición de Carlos Alberto Martínez Frugoni -exsecretario de Norberto Oyarbide en Comodoro Py devenido en juez federal de Tartagal-, que subrogó el fin de semana el juzgado de Orán a cargo de Jorge Gustavo Montoya.

El propio aduanero se jactaba en sus conversaciones telefónicas con su proveedor de haber llevado otros cargamentos a Rosario -tal vez el destino del último viaje-, Córdoba y hasta Mendoza.

El aduanero lo hacía siempre de la misma manera: en un auto acondicionado por la banda, con el chaleco de la Aduana puesto para intentar evitar controles policiales y durante los fines de semana para no llamar la atención en su trabajo. La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) lo suspendió sin goce de sueldo hasta que el magistrado resuelve su situación procesal.

Detrás de la persona que le entregó el auto al aduanero, se esconde otra con más responsabilidad en la banda. A ese no lo pudieron detener en un operativo policial, pero sí le encontraron 128 kilos de cocaína en un comercio legal que usaba como fachada. Souza conoce la frontera: estuvo varios años en la Aduana de Pocitos, en Salta, antes de llegar a la de Santa Fe.

La forma en la que detuvieron a Souza provocó una discusión entre los investigadores: algunos querían dejarlo seguir viaje para realizar una “entrega controlada”, es decir, que la mula llevara la cocaína a su cliente para así conocer las ramificaciones, pero otros prefirieron “hacer número”, o sea, arrestarlo para secuestrarle los 19 kilos que ahora engrosan levemente la estadística.

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