En febrero, el consumo de carne en Argentina continuó su tendencia a la baja, con una caída del 5,4% interanual, según un informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina Ciccra. Esta contracción se atribuye principalmente a la pérdida de poder adquisitivo de los hogares, lo que dificulta el acceso a la carne vacuna, considerada cada vez más un lujo.

El consumo promedio por habitante en los últimos doce meses se situó en 48,8 kilos/año en febrero, un 5,4% menos que el año anterior (2,8 kilos menos por habitante). La comercialización interna de carne en el primer bimestre del año alcanzó un mínimo histórico.

La producción de carne vacuna también se redujo un 1,7% en el primer bimestre, alcanzando 499 mil toneladas (r/c/h). La disminución en las compras de carne vacuna por parte de China contribuyó a una contracción del 33,7% anual en las exportaciones.

A pesar de los esfuerzos del gobierno por controlar la inflación, el precio de la carne vacuna experimentó un aumento significativo del 12,1% en febrero, impactando en el Índice de Precios al Consumidor del Gran Buenos Aires, que subió un 2,4%. El rubro carnes y derivados dentro del capítulo alimentos y bebidas no alcohólicas, subió un 7,6%.

Entre enero y febrero, la nalga fue el corte que más aumentó (13,6%), seguido por el cuadril (13,1%), la paleta (12,6%), la carne picada común (11,3%) y el asado (9,9%). El precio del pollo entero, en cambio, solo subió un 0,4%.