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El piloto de la avioneta con cocaína era un coronel de la Fuerza Aérea de Bolivia vinculado a la masacre ocurrida cuando derrocaron a Evo Morales

Oscar Armando Caba Hurtado, coronel de la Fuerza Aérea de Bolivia, está detenido en manos de la Justicia federal y es el principal sospechoso de haber piloteado una aeronave Cessna 206 en vuelo clandestino por territorio nacional desde el Altiplano, y con un cargamento de casi media tonelada de cocaína que cayó en la zona rural de Aldao.

La posterior detención de Caba Hurtado parece de menos precisión que la operación relatada. Comentarios ubican al piloto en inmediaciones de la ruta nacional 34 preguntando a residentes cómo llegar a la localidad de Ibarlucea. Otros dicen que se intentó camuflar con vendedores ambulantes. Y no trascendió qué pistas hay sobre quienes debían ser los receptores del cargamento narco.

El fiscal federal Claudio Kishimoto, a cargo de Sede Fiscal Descentralizada de San Lorenzo, inició una investigación y ordenó las primeras medidas y rastrillajes en relación al hallazgo de una avioneta con matrícula de Bolivia cargada con 475 kilos de cocaína, que ingresó de manera ilegal y fue abandonada durante la tarde de ayer en una zona rural ubicada entre las localidades de Luis Palacios y Andino. Por el caso, ya hay un detenido, un militar de nacionalidad boliviana de 57 años que se cree podría ser el piloto de la aeronave.

Kishimoto estuvo presente en el lugar y desde allí instruyó a las fuerzas de seguridad para tratar de ubicar a el o los tripulantes de la aeronave, que hasta el momento están prófugos, y la ruta de dos camionetas que hacían de apoyo. La droga incautada tenía el sello de un toro en bajo relieve que, de acuerdo con la fiscalía, identifica a un cartel de la provincia de Tucumán.

En uno de los rastrillajes realizados esta mañana por orden del fiscal, alrededor de las 6.40 personal de Operaciones Montadas de Gendarmería halló nueve tachos cargados de combustible de avión, junto a dos bombas de eléctricas de abastecimiento, en los alrededores del campo donde aterrizó la aeronave.

Aterrizaje y camionetas de apoyo

La avioneta fue detectada sobrevolando, sin autorización, la localidad de Poso del Toba, provincia de Santiago del Estero, por el Grupo de Control y Vigilancia Aeroespacial.

A las 14.46 de ayer se emitió una alerta a la Sección de Investigación Antidroga Rosario, dependiente de la Agrupación XV de Gendarmería Nacional. Luego, y según los informes oficiales, los aviones de la Fuerza Aérea Argentina le practicaron un seguimiento a la aeronave, constatando que se trataba de una avioneta de matrícula boliviana.

Sobre las 19.19, personal de Gendarmería recibió una notificación a través de la cual se confirmó que la avioneta había aterrizado en un campo cercano a la localidad de Andino (coordenadas 32°40’32.8″S 60°53’52.6″W), al sur del río Carcarañá, el que hace las veces de límite entre los departamentos Iriondo y San Lorenzo. En el lugar se habían divisado dos camionetas de respaldo, una de color blanco y la otra negra.

A las 19.48, los gendarmes llegaron a la zona y constataron la presencia de una avioneta Stationar 6 II, matrícula boliviana CP-3350, con bultos en su interior. Sobre las 22.30, los funcionarios de la Sede Fiscal Descentralizada de San Lorenzo con Kishimoto, el fiscal coadyuvante Francisco Bernhardt y el auxiliar fiscal Agustín Mori, tomaron intervención en el caso y de inmediato tramitaron ante el juez federal Marcelo Bailaque la autorización para iniciar la requisa.

Once bultos, 430 «ladrillos» y casi media tonelada de cocaína

En primer lugar, el personal de criminalística levantó rastros, secuestró documentación en el interior de la avioneta, y efectos que pudieran estar vinculados al caso. También se procedió al análisis de lo que se sospechaba era material estupefaciente, que arrojó un peso total de 475,412 kilogramos de cocaína, dispuestos en 430 “ladrillos” compactos en once bultos.

Esta mañana continuaron las medidas complementarias para determinar, entre otras circunstancias, la ruta de las dos camionetas que habrían servido de apoyo, y si el desembarco de la droga tenía una conexión local. En ese marco, se produjo el rastrillaje en el que se halló el combustible.

El detenido: un piloto y militar de Bolivia

Un hombre de 57 años, militar y de nacionalidad boliviana, fue detenido a media mañana en la localidad santafesina de Andino, sindicado como el principal sospechoso de ser el piloto de la aeronave abandonada con casi media tonelada de cocaína.

La detención se concretó a partir del llamado a los bomberos de un vecino que divisó a un hombre atrapado en una barranca y con supuesto riesgo de caer al cauce del río Carcarañá. Al lugar arribó también la policía de Santa Fe que, tras esperar que la persona fuera rescatada y puesta a salvo, procedió a su identificación.

El hombre no pudo justificar su presencia en el lugar y aportó varias credenciales que confirmaban su procedencia de Bolivia y, al menos de forma preliminar, su presunto vínculo con la avioneta abandonada cargada con 475 de cocaína.

El sospechoso fue identificado como Oscar Armando Caba Hurtado de 57 años, un coronel de la Fuerza Aérea del Estado Plurinacional de Bolivia, según acreditó con su carné militar y del seguro social, y con su cédula de identidad.

De 57 años, Oscar Armando Caba Hurtado es un militar reservista que en su cuenta de Linkedin se presenta, desde 2016 hasta ahora, como “jefe del Departamento Económico Financiero de la Inspectoría General de la Fuerza Aérea Boliviana”, y además licenciado en administración de empresas. Pero diarios y publicaciones de su país son menos benevolentes con su desempeño en los últimos años, en los que aparece vinculado a una de las masacres cometidas en Bolivia en los primeros días de la asonada y golpe de Estado que derribó al gobierno de Evo Morales en noviembre de 2019. En medio de la resistencia a la toma del gobierno por parte de la entonces senadora Jeanine Añez, el 15 noviembre de 2019 murieron baleadas 12 personas y resultaron heridas unas 125, muchas de ellas con balas de plomo, en la zona de Huayllani, municipio de Sacaba, departamento Cochabamba. La matanza trascendió como Masacre de Sacaba y terminó siendo junto a otro hecho de sangre, la Masacre de Senkata (11 personas muertas y 80 heridas) las dos represiones más sangrientas del gobierno ilegítimo de Añez.

Caba Hurtado estuvo en prisión en 2022 y la Justicia del Altiplano aún tiene en trámite si los hechos configuran el delito de genocidio o no. No aparece claro si no debería haber estado tras las rejas en Bolivia o no, pero está claro que de ninguna manera lavándose a orillas del río Carcarañá.

Sí debería estar claro ahora que es una persona a proteger: aunque no exista dato alguno sobre sus posibles o potenciales vínculos, es de sentido común que un oficial de una fuerza armada extranjera que está en reserva, que está bajo investigación por su papel en una represión golpista y que tiene algún tipo de vínculo con alguna organización narco internacional, debería contar con garantías superlativas de seguridad.

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