El Senado convirtió en ley la suspensión de las PASO

La medida impulsada por el Gobierno obtuvo 43 votos a favor, 20 en contra y 6 abstenciones. Según señalaron, con esta medida se ahorrarán 150 millones de dólares.

El Senado aprobó y convirtió en ley la suspensión de las elecciones primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO) que impulsa el Gobierno, en una votación que desnudó la fuerte fragmentación que el tema provoca al interior de los partidos y fuerzas políticas con representación legislativa, fenómeno que también se registró cuando la iniciativa se votó en la Cámara de Diputados hace dos semanas.

La ley fue sancionada con 43 votos a favor, 20 en contra y 6 abstenciones, superando con comodidad el piso de 37 apoyos, la mitad más uno del total de miembros del Senado, que exige la Constitución cuando se trata de reformas electorales. Además del oficialismo, aportaron su respaldo la UCR, senadores kirchneristas de Unión por la Patria referenciados en gobernadores provinciales, Pro, fuerzas provinciales y bloques menores aliados de la Casa Rosada.

En contra se pronunciaron una media docena de legisladores de la UCR. También lo hizo el sector de Unión por la Patria que que responde a la expresidente Cristina Kirchner, aunque sus oradores prefirieron apuntar sus discursos a criticar la política económica del Gobierno y destacar que el de las primarias “es un tema que no le interesa a los argentinos”.

Impulsadas por el kirchnerismo en 2009, las elecciones primarias se instauraron por la ley 26.571 para los cargos nacionales (presidente y legisladores nacionales) y fueron usadas por primera vez en el turno electoral de 2011.

En su condición de presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, la peronista cordobesa Alejandra Vigo (Las Provincias Unidas) defendió la iniciativa impulsada por el Poder Ejecutivo basándose en tres ejes: la falta de interés en estos comicios demostrado por la ciudadanía, la falta de uso por parte de los partidos políticos y, en coincidencia con el Gobierno, en el ahorro fiscal que implicará la suspensión este año de los comicios.

“El argumento principal del Ejecutivo, en su mensaje, establece que el Estado no puede gastar más de lo que tiene, que no fueron remedio para la crisis de la representación política y que sirven como una gran encuesta previa, y participación ha bajado 10 puntos desde su primera vez”, explicó Vigo, quien destacó que “el cálculo del Ejecutivo es que le costaría al fisco unos 150 millones de dólares”. “Con su eliminación los partidos retoman la libertad de elegir su propia organización”, agregó.

En la misma línea se manifestó el jefe de la bancada oficialista, Ezequiel Atauche (Jujuy), quien aseguró que “desde su implementación, las PASO ha sido un instrumento costoso y poco productivo”. En ese sentido, dijo que “desde 2011 no hubo competencia serias, y las pocas que se hicieron fueron para convalidar al dueño de la lapicera”.

Como ocurrió en la Cámara baja, el proyecto consiguió el respaldo de varios integrantes del bloque kirchnerista. El catamarqueño Guillermo Andrada le sumó a los argumentos del Gobierno un factor político para defender la suspensión de las primarias y recordó “el fenómeno del ‘pato rengo’” que vivió Mauricio Macri en 2019 que, “al perder en las PASO, tuvo un cimbronazo económico muy importante”.

El radicalismo también votó dividido, con fuertes discursos contrarios a la suspensión de las primarias. Flavio Fama (Catamarca) defendió el instrumento argumentando que le “dan legitimidad al proceso electoral, permitiendo que los ciudadanos no sean prisioneros de la lapicera de los dirigentes políticos”.

“Las PASO han facilitado que surjan presidentes”, destacó Fama, quien rebatió el argumento de la caída de la participación en esas elecciones al afirmar que “la gente está cansada de ir a votar porque la gente está cansada de la clase política, que no le ha sabido dar respuestas al pueblo argentino”.

Otro radical, Maximiliano Abad (Buenos Aires), hizo una encendida defensa de las primarias como un elemento ordenador de la competencia interna de los partidos y, sobre todo, de las coaliciones políticas. “Estoy a favor de la democracia participativa, del empoderamiento de la sociedad y de la modernización de las instituciones representativas”, agregó.

“Si se trata de ahorrar plata no votemos Presidente, o eliminemos el balotaje”, sostuvo Martín Lousteau (UCR-Capital), quien destacó que “estamos ante un Gobierno con claro signos de autoritarismo”. “No vaya a ser cosa que destruyamos una herramienta que cuando hay un gobierno autoritario nos permite hacer frentes electorales para enfrentarlo”, advirtió.

Por su parte, la porteña Guadalupe Tagliaferri (Pro) apoyó la medida pero destacó que lo hacía porque “única vez” y como forma de oponerse a la supresión definitiva de la herramienta, como pretendía en un primer momento el Gobierno. “Es lógico que quieran eliminarla, porque el partido de gobierno es el Presidente y su hermana, y al que piensa diferente, se lo expulsa”, afirmó la legisladora, antes de agregar: “No hay nada más casta política que eliminar las elecciones primarias, lo hacen porque quieren ser dueños de la lapicera”.

Otra voz en contra del proyecto fue la del exoficialista Francisco Paoltroni (Formosa). “Qué ciudadano se va a animar a participar si le quitamos de las poquísimas herramientas que tienen en provincias como Formosa o Santiago del Estero, que se la apropió un matrimonio como si fuera un bien ganancial”, advirtió el senador que fue expulsado el año pasado del bloque oficialista por orden de Santiago Caputo.

“Nunca estuvo en la agenda de La Libertad Avanza suspender las PASO, esto es lo más casta de lo casta”, cuestionó Paoltroni, quien dijo que “el Presidente debe taparse los oídos con cera, para evitar los cantos de sirena” que atribuyó a quienes, dijo, le están haciendo cometer errores como el impulso de la postulación de Ariel Lijo para juez de la Corte Suprema.

(Con información de La Nación)

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