Alarma por la tasa de reincidencia en cárceles de Santa Fe. La Defensora General de la Provincia, Jaquelina Balangione, manifestó que el 85% de las personas condenadas reinciden tras salir de la cárcel.

En tal sentido, explicó que los penales no cumplen la función de resocializar a los internos. «85% es el índice de reincidencia que tenemos en la provincia. Esa es la prueba contundente y objetiva de que la cárcel no está siendo un factor de solución, es meramente un castigo, pero después esas personas vuelven a la sociedad», detalló Balangione.

Este dato se desprende del asesinato del comerciante de barrio Belgrano, cuyo asesino ya había cumplido una condena por otro homicidio.

Tiene 32 años y había recibido una pena de 13 años tras asesinar a Crisitian Iván Díaz en 2009. El año pasado había recuperado la libertad y hoy nuevamente está involucrado en un homicidio, que en este caso, terminó con la vida del comerciante de 73 años de barrio Belgrano.

En tanto, el ministro de Seguridad, Claudio Brilloni detalló que de los 187 muertos que hubo el año pasado en Rosario, 22 eran personas con libertad transitoria o condicional.

Ante este escenario, están reforzando y potenciando «una Dirección que está dentro de la órbita del Ministerio de Seguridad, la de Patronato del Liberado, que es una dirección que está muy debilitada, sin recursos».

LA PALABRA DE LA PASTORAL CARCELARIA

El sacerdote de la pastoral carcelaria Bernardo Blanchoud habló sobre la situación que se atraviesa dentro de los penales en Santa Fe luego de que se conozca un alto número de reincidencia de los internos que recuperan la libertad. “La reincidencia que hay la veo en carne propia porque visito las cárceles, y veo muchachos que se van y a los meses o a veces semanas ya están de vuelta”, aseveró.

El sacerdote de la pastoral carcelaria Bernardo Blanchoud se refirió a la situación que se atraviesa dentro de los penales en Santa Fe luego de que se conozca un alto número de reincidencia de los internos que recuperan la libertad.

“Coincido con la doctora Balangione (titular de la Defensa Pública). La reincidencia que hay la veo en carne propia porque visito las cárceles, y veo muchachos que se van y a los meses o a veces semanas ya están de vuelta en el mismo penal o en alguna otra alcaidía”, remarcó Blanchoud.

El religioso dijo además que hay que hablar de inserción de las personas privadas de su libertad, y no de reinserción “ya que muchos de los presos nunca estuvieron integrados a la sociedad, provienen de barrios, de situaciones marginales donde no han tenido educación”.

“A veces uno encuentra muchachos de 20 o 30 años que no saben leer ni escribir, o sea que han estado afuera del radar del Estado por completo. Y la situación es brava porque haber ingresado a una cárcel es un estigma que le impide integrarse, dificulta el acceso a un trabajo”, completó.

Sin embargo, rescató Blanchoud, hay experiencias como la de “Manos Libres” que ayudan con la integración de personas detenidas a través del empleo y el estudio. “Es para presas liberadas, tienen cerca de la terminal de ómnibus un lavadero de ropa y talleres de costura, calzados y demás. Se ganan el pan con el fruto de su trabajo. Es un ejemplo de que se puede reintegrar cuando se encuentran las condiciones aptas para hacerlo”, afirmó.

(Con información de Notife)