Los efectos podrían ser registrados en los próximos días, ocasionando problemas que usan diariamente las personas como servicios de telecomunicaciones, GPS y electricidad. La tormenta magnética es el resultado de la llegada de viento solar a la Tierra.
Una fuerte llamarada del Sol registrada el jueves 28 de octubre ha encendido las alertas, ya que fue lo suficientemente poderosa como para causar una tormenta magnética que deje sin luz y comunicaciones a una gran parte de los habitantes de Latinoamérica.
De acuerdo con un reporte de la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio), el Sol emitió una llamarada significativa que duró alrededor de media hora y alcanzó su punto máximo a las 14:35 a.m. GMT del 28 de octubre dentro de su nuevo ciclo meteorológico.
La erupción solar fue clasificada como X1, en la región activa 12887 del Sol, ocasionado un bloqueo de radio fuerte (R3) en el lado iluminado de la Tierra, particularmente en Sudamérica, misma zona que podría sufrir tormentas geomagnéticas entre el sábado 30 y domingo 31 de octubre.
Explicó que las clase X señala llamaradas intensas, mientras el que el número proporciona información sobre su fuerza. Las más fuertes serían clasificadas como X10 las cuales son inusuales.
“Las erupciones solares son poderosas explosiones de radiación. La radiación dañina de una llamarada no puede atravesar la atmósfera de la Tierra para afectar físicamente a los humanos en tierra, sin embargo, cuando es lo suficientemente intensa, puede perturbar la atmósfera en la capa donde viajan las señales de comunicaciones y GPS”, detalló la agencia espacial.
De tal modo, la explosión registrada el jueves asociada a la eyección de masa corona se dirige a la Tierra, pudiendo generar posibles tormentas geomagnéticas durante el fin se semana en algunas partes de Latinoamérica.
Aunque ocasionaría problemas en el servicio eléctrico, de comunicaciones y GPS, las erupciones no atravesarán la atmósfera terrestre ni afectarán físicamente a las personas. Además podría provocar auroras boreales más al sur de lo habitual.
En la Tierra, las tormentas geomagnéticas registradas en décadas anteriores han provocado los siguientes incidentes:
* Luces fluctuantes o apagones, por variaciones de corriente. Así ocurrió el 13 de marzo de 1989. Entonces, una tormenta solar causó daños en el transformador del Servicio Público de Canadá, y dejó a gran parte de Quebec y a algunas ciudades de EEUU sin suministro eléctrico.
* Fallas en los instrumentos de navegación aérea y marina.
* Interferencias en radio, televisión, teléfonos y señales telegráficas.
* Interrupción de comunicaciones de defensa.
* Alteraciones en la capa de ozono.
Los especialistas de la Oficina Nacional de Administración Oceánica de EEUU (NOAA, por sus siglas en inglés) afirman que esta tormenta solar es “extraña”, porque actualmente nuestro Sol está atravesando un período de mínimo solar (el ciclo dura unos 11 años y marca los momentos de máxima y mínima actividad de nuestra estrella).
Los 150 millones de kilómetros que lo separan de la Tierra, permiten casi no notar los múltiples cambios de la mayor fuente de radiación electromagnética de este sistema planetario. Como le ocurre a la Tierra, el Sol también pasa por fases y cambios que desde ya hace varios años se pueden anticipar. Actualmente, está pasando por una fase menos activa, llamada mínimo solar.
El ciclo solar es como un péndulo, oscilando de un lado a otro entre períodos de alta y baja cantidad de manchas solares cada 11 años aproximadamente. Este ciclo fue descubierto en el siglo XIX, mediante observaciones astronómicas. Si bien tienen los ciclos son regulares cada 11 años, no son iguales. Algunos son más intensos, con muchas manchas solares y explosiones solares. Otros son débiles, como el Ciclo Solar 24 más reciente, que alcanzó su punto máximo en 2012-2014 con relativamente poca acción.
Infobae
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