La vuelta a clases se convierte en un desafío económico para muchas familias en Santa Fe, más allá de las preocupaciones habituales sobre la oferta salarial de los docentes. Además, de la canasta de útiles escolares y los materiales de lectura, se suma la necesidad de renovar la vestimenta escolar cada año, dado el rápido crecimiento de los niños y adolescentes.
Según datos recopilados, una prenda escolar usada puede adquirirse por alrededor de 7 mil pesos, independientemente del tamaño, mientras que una nueva puede costar casi el doble.
Por ejemplo: una remera escolar nueva puede alcanzar los $11 mil, mientras que una chomba puede llegar a los $20 mil. Ante estos precios, muchos padres optan por la compra de uniformes usados, lo que no solo ayuda a aliviar la carga económica, sino que también promueve la sustentabilidad al reutilizar prendas que de otro modo podrían ser descartadas.
El aumento de precios también afecta otros aspectos del regreso a clases. Armar la mochila de los chicos ha aumentado un 200% en comparación con el año pasado y los padres también se enfrentan a la necesidad de buscar alternativas económicas para los materiales de lectura. En algunos casos, las instituciones consideran el uso de fotocopias como una solución viable, aunque también representan un gasto considerable.
En resumen, la vuelta a clases se ha convertido en un desafío económico para muchas familias, pero iniciativas como la venta de uniformes escolares de segunda mano ofrecen una opción más accesible y sustentable en tiempos de crisis.
Qué opinas?