Familiares y conocidos de Paula Perassi, la joven desaparecida el domingo 18 de septiembre de 2011 y cuyo cuerpo jamás apareció, esperarán el juicio con una concentración desde las primeras horas del jueves próximo, día previsto para el comienzo del juicio.
La propuesta, lanzada por las organizaciones Articulación Feminista y Multisectorial Justicia por Paula Perassi, es concentrarse en ese lugar desde las 6 de la mañana hasta que llegue el horario acordado.
Por la desaparición de Paula están imputadas nueve personas, cuatro de ellas civiles y cinco policías, de los cuales dos revestían altos cargos en la Unidad Regional XVII al momento de la desaparición de Paula.
A los primeros se los imputa con la figura de “aborto sin consentimiento seguido de muerte y privación ilegítima de la libertad agravada”, mientras que a los uniformados les cabe “encubrimiento del crimen e incumplimiento de sus deberes como funcionarios públicos”.
El tribunal que los juzgará estará presidido por la magistrada sanlorencina Griselda Strólogo y serán vocales sus pares Mariel Minetti (jueza penal de Casilda) y Alvaro Campos (juez penal de Cañada de Gómez).
El domingo 18 de septiembre de 2011, Paula Perassi recibió una llamada telefónica en su casa de San Lorenzo, y salió con el pretexto de buscar la tarea para uno de sus hijos. Nunca regresó.
Paula tenía 34 años, estaba casada y tenía dos hijos de dos y seis años en aquel entonces. Con el transcurrir de la investigación salió a la luz que mantenía una relación sentimental con Gabriel Strummia, entonces un empresario de Puerto San Martín, y que estaba cursando las primeras semanas de un embarazo fruto de este vínculo.
La causa tuvo muchas idas y venidas, pero dio un vuelco cuando los fiscales Ramón Moscetta y Donato Trotta solicitaron en abril de 2015 al juez Juan José Tutau, en cuyas manos había recaído el proceso, la detención de nueve personas sobre la hipótesis del crimen y una red de encubrimiento, ya que incluía a cuatro civiles (Strummia, su esposa Roxana Michl, su empleado Antonio Díaz y la partera Mirta Rusñisky), tres efectivos policiales (Gabriel Godoy, Aldo Gómez y María Galtelli), y dos altos jefes de la fuerza: Jorge Krenz y Adolfo Daniel Puyol.
La hipótesis era que la víctima fue llevada por la fuerza a la casa de la abortera en Timbúes donde se consumó el hecho. También se estableció que el día anterior a su desaparición Paula había contactado un médico con la intención de practicarse un aborto, pero el facultativo le había advertido que a causa de una afección, en caso de realizarlo sufriría una hemorragia que pondría en riesgo su vida.
La Capital
Qué opinas?