La inflación continúa su ascenso, proyectándose un índice cercano al 16% para el fin del verano, marcando así su segunda desaceleración consecutiva desde el pico post devaluación de diciembre. Este fenómeno, según las primeras estimaciones de consultoras privadas, se atribuye: al ajuste fiscal y monetario, al estancamiento del dólar oficial y a la reducción del poder adquisitivo de los ingresos, que ha limitado el consumo.
El Gobierno Nacional espera que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) continúe su tendencia a la baja, aunque hay división de opiniones entre los analistas. Algunos anticipan aumentos que podrían impactar, sumado a la estacionalidad del mes, mientras que otros se muestran más optimistas respecto a los resultados del programa económico implementado.
Según Eco Go, se estima una variación del IPC del 15,9%, atribuyendo esta reducción al mes anterior y a factores como: la estabilidad en los precios de alimentos y algunas categorías como el equipamiento del hogar y el esparcimiento. Sin embargo, advierten sobre la posibilidad de un repunte en marzo debido a correcciones de precios relativos y a la estacionalidad por el comienzo de clases y cambios de temporada.
Se espera que marzo presente desafíos adicionales, con ajustes en: combustibles, servicios y cuotas escolares, lo que podría afectar aún más la dinámica inflacionaria. La estabilidad del tipo de cambio y la política monetaria serán clave para mantener la inflación bajo control en el futuro próximo.
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