Por Nicolás Urbinati– En una de las tantas jornadas de práctica matutina que se llevan a cabo en el hermoso predio de la Ciudad Deportiva de Granadero Baigorria, El Deportista de Pregón se dio el enorme gusto de visitar y entrevistar a José Luis “Puma” Rodríguez, aquel potente y letal centro atacante que durante su carrera dejó un gran recuerdo en Rosario Central y que, actualmente es parte del staff de Formación de las Divisiones Inferiores de la entidad Auriazul .
Con una gran humildad, simpatía y cercanía humana; el “Puma” busca reflejar en este reportaje el mismo interesante mensaje que constantemente le transmite, a través de su sapiencia y experiencia deportiva y de vida, a miles de chicos de distintas edades que trabajan y persiguen el gran sueño de llegar a convertirse, en algún momento, en jugador profesional.
¿Cómo fue su comienzo y qué balance hace de su presente en las Divisiones Inferiores de Rosario Central ?
JR – Llegué a Central a comienzos de 2018 donde empiezo dirigiendo a la Cuarta División de AFA y, a partir de ahí, ir conociendo jugadores de las diferentes divisiones. Como Técnico, soy parte del equipo de Formadores y es un lindo trabajo porque Rosario te lo permite, ya que es cuna de grandes futbolistas que están desperdigados por el mundo entero. Tras ese año en la Cuarta de AFA, pasé a hacer un trabajo más de tecnificación, mejorar la definición y la técnica individual, en atacantes y mediocampistas durante un año y medio. A inicios de 2020, más o menos cuando estaba asomando la pandemia del coronavirus, me llamaron para dirigir la Reserva junto con Adrián Dezotti y Víctor Alarcón, quienes hoy en día son los Coordinadores de las distintas categorías de Inferiores tanto en AFA como en la Rosarina. Actualmente sigo en lo mío en la Formación, primero de personas y después de jugadores, y trabajando en lo que a uno le gusta. Siempre que hablo con los chicos les digo que si les dejo algo mínimo, aunque sea lo de cumplir un horario, para mí ya es un triunfo porque esto no es solamente jugar al fútbol, sino que también es una cuestión de respeto, de compromiso y de solidaridad.
¿Cuál sería el plan de trabajo y el objetivo trazado por el equipo de Formación?
JR – Nosotros estamos específicamente para la formación más allá de los resultados, que en el fútbol es tan importante porque todo se rige por ellos. En mi caso al no dirigir una categoría, hablo más del lado individual del jugador. Cuando voy a ver un partido no observo el planteo o sistema táctico del equipo, sino el rendimiento de cada futbolista y marcarle luego a cada chico, de acuerdo a lo que anoto y considero, lo que debe mejorar o trabajar. También cuando se puede, porque es un poco complicado de insertar en el trabajo diario, se aplica la tecnificación específica en cada posición para que en el día de mañana cuando se presente esa situación, el jugador tome la mejor decisión.
Con su experiencia como jugador y entrenador, ¿Cómo es el trato con el joven actual y que similitudes y diferencias encuentra con los de su época?
JR –Hay mucha diferencia y la tecnología también tiene mucha responsabilidad en eso, en cuanto a la educación y tiempos nuestros. Por ejemplo, en mi adolescencia la diversión era jugar a la pelota o hacer otro deporte y de compartir momentos, cosa que por ahí el celular o los video juegos no dejan que el chico tenga tanta participación o trabajo en conjunto. Con la educación pasa lo mismo ya que en mis tiempos era mucho más rígida o estricta y hoy se han perdido muchas de esas cosas porque los padres en el afán de querer ser un poco más “amigo”, hacen que los chicos tengan una crianza totalmente distinta. Si bien el respeto está, uno nota que los jóvenes son más dispersos y contestadores y eso no es muy bueno. Esas son las cosas que han cambiado entre mi adolescencia con la de ellos aunque sí hoy se tiene mucha más información, cosa que nosotros no, o sólo la recibíamos del técnico, y si el chico es aplicado y quiere aprender, dispone de varias plataformas digitales para mejorar. También ha cambiado la forma de entrenar que, para mi gusto, cada vez limita más la habilidad innata que posee un chico.
Si bien está contento en su rol de Formador, ¿su intención es continuar en esta función o le gustaría dirigir en algún momento a un equipo profesional?
JR – Lo de trabajar con planteles profesionales ya lo hice cuando dirigí a Miramar Misiones de Uruguay en 2004, luego a Deportivo Español, club donde surgí como jugador, y a Argentino de Rosario en las categorías del Ascenso; pero en los últimos años me he dedicado a la Formación y es un lugar que me gusta mucho. Además los tiempos van pasando rápido y uno va buscando otros objetivos y siendo más realista. Tengo 59 años por lo que no estoy pensando si el día de mañana puedo llegar a dirigir la Primera División o algo por el estilo, entonces esta etapa de Formación me gusta y me siento capacitado para poder enseñarles y sugerirles a los chicos un montón de cosas ya que he vivido mucho y a todas esas experiencias trato de volcarlas hoy. Me siento muy identificado con Rosario, con la ciudad y con Central. Desde que vine acá me hice simpatizante del equipo, hace treinta y tantos años, y me siento muy cómodo con la Formación ya que me gusta estar y sentarme a hablar con los chicos de fútbol, de la familia, de la vida y de un montón de cosas que también les van a servir.
¿Qué le produce estar en Central y qué fue lo que lo enamoró tanto del club?
JR- Lo que me enamoró fue la gente cuando vine a jugar y, después, como mi salida del club fue confusa, mi idea fue siempre volver aunque lamentablemente no se pudo dar. A partir de ahí, siempre tuve en la cabeza el vivir en Rosario porque me encanta la ciudad. Cuando me dieron la oportunidad de trabajar en el club, que además era algo que venía buscando, lo hice no por lo económico sino por el amor que siento por Central, por la ciudad y por las ganas de seguir trabajando con los chicos en la Formación.
“Esto no es solamente jugar al fútbol, sino que también es una cuestión de respeto, de compromiso y de solidaridad.”
¿Qué repaso hace de su trayectoria por Deportivo Español, Betis de España, Central, Racing Club, Olimpo de Bahía Blanca y Deportivo Cuenca de Ecuador?
JR- Creo que fue una carrera buena aunque muchos me dicen que podría haber sido mejor, pero para mí el fútbol, como la vida, es sólo uno por lo que hay que disfrutarlo y vivir los momentos. A lo mejor si naciera de nuevo y tuviera la posibilidad de saber lo que va a pasar, por ahí probaría de la otra manera pero, bueno, es como viví y elegí. Creo que no ha sido mala porque no pensaba en ser jugador; fui a probarme a Deportivo Español con unos amigos, quedé y así se fueron dando las cosas y jugando. Pasé por todas las categorías, desde la Sexta hasta llegar al primer equipo en la B, tuve la suerte de salir goleador y que Español subiera a la Primera A. Esto me abrió las puerta para jugar durante dos años en la Selección Argentina, un equipo campeón del mundo donde tuve la fortuna de conocer a Diego Maradona, en mi opinión el mejor jugador de la historia, y compartir plantel con grandes jugadores como Burruchaga, Ruggeri, Valdano y otros tantos cracks. Después tuve la fortuna de ir a Europa, el anhelo de cualquier jugador cuando comienza la carrera, para desempeñarme en el Real Betis de España. Allí pasé buenos y malos momentos, perdí la categoría y volví a ascender, pero a nivel personal podría haberlo hecho mejor aunque me gustó mucho la experiencia de haber estado casi tres años allí. Tras mi regreso de España llegué a Central, que para mí fueron dos años grandiosos. La gente me adoptó en seguida y yo me adapté rápidamente a la ciudad, al equipo, a la hinchada y así fue que me enamoré de Central, al que seguí yendo a ver sus partidos cuando salí del club. Luego estuve en Racing Club de Avellaneda durante un año donde tuve a Diego Maradona como entrenador, posteriormente pasé por Olimpo de Bahía Blanca y Deportivo Cuenca de Ecuador, donde tuve una temporada muy buena en la que marqué 18 goles en 30 partidos. Posteriormente retorné a Olimpo donde estuve un tiempo más y me retiré del fútbol a los 34 años.
¿Con qué momentos se quedaría de lo vivido a lo largo de su trayectoria?
JR- Es difícil porque tengo muchos buenos recuerdos. A Central siempre lo pongo en primer lugar y, para mí, esos años fueron mágicos. Mis inicios en Español porque esos comienzos buenos de ser el goleador de Primera División con un club de los considerados “chico” es muy meritorio, no sólo por mi rendimiento sino que por los equipos que se armaban y mis compañeros, pude llegar a la Selección y así armar el combo perfecto. El haber vivido en Sevilla durante casi tres años me sirvieron de mucho porque la gente de Andalucía es maravillosa, son muy alegres y amenos, y me sentía como en casa pero si no jugas bien te tenés que volver y yo sabía que no estaba rindiendo bien. Y en Cuenca, ya más grande y con hijos, tuve una buena experiencia porque estaba mucho más maduro y me tocó hacer una buena temporada gracias a los compañeros y a que fui efectivo. No reniego de nada, podría haber sido mejor como dicen todos pero me quedo con esos momentos buenos.
“Los tiempos van pasando rápido y uno va buscando otros objetivos y siendo más realista”
Por último, ¿considera que le queda alguna “cuenta pendiente”?
JR- Quizás cuando me retiré me hubiese gustado decir dirigí Central pero hoy a la distancia, y viendo como transcurren las cosas y la edad porque uno está más centrado, no tengo esos sueños. Mi intención es terminar aquí como Formador hasta el día que pueda.
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