En una resolución que deja mucha tela para cortar, la Cámara Federal de Apelaciones de San Martín revocó el procesamiento de Herme Juárez respecto de los delitos de coacción agravada y asociación ilícita.
Así, lo que comenzó como una “megacausa” se redujo a la investigación por administración fraudulenta y lavado de activos. Además, el fallo advierte al Juez a cargo de la investigación acerca de la necesidad de practicar pericias contables que devienen “imprescindibles”, lo que fue leído como una velada crítica a la instrucción.
Por otro lado, el Tribunal también dejó sin efecto la medida de restricción que pesaba sobre Juárez y le impedía acercarse a menos de doscientos metros de la Cooperativa de Trabajos Portuarios.
En diálogo con Pregón, el abogado Javier Rabadé, defensor de Herme Juárez, explicó que el fallo habilita también el cese de la intervención que pesa sobre el SUPA, en tanto el fundamento esgrimido por la Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, siempre fue la supuesta utilización del Sindicato por parte de Juárez para perpetrar los delitos cuyo procesamiento ha sido revocado. Así, habiendo quedado Juárez libre de tal acusación, ya no quedarían argumentos a la justicia para intervenir.
Según explicó el letrado, Juárez recibió la noticia con beneplácito y no puede esperar a que finalmente se practiquen las mencionadas pericias, para dejar en claro su completa ajenidad a los hechos investigados. “Herme tiene todos sus bienes declarados y lo único que pueden arrojar las pericias, es que todo su patrimonio y el de su familia fue adquirido conforme a derecho. Por eso, el fallo de la Cámara pone en evidencia que la causa fue un show mediático y que lo único que querían era alejarlo de la Cooperativa para desguazarla. La causa tendría que haber empezado por ahí: Hacer una pericia y determinar si faltó dinero. Recién ahí hubiere ameritado las detenciones y todo lo que se armó. Pero bueno, ya no se puede deshacer lo que se hizo. Juárez estuvo preso sin ningún fundamento y ahora, de a poco, empieza a limpiar su nombre y el de su familia.”
“Todavía falta mucho, pero las cosas empezaron a ponerse en su lugar”, sentenció Rabadé.
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