No mantener una alimentación de manera adecuada, ya sea por escasez de alimentos o un exceso de productos con alto contenido de azúcares o grasas saturadas, conlleva a un rendimiento escolar deficiente en los niños, niñas y adolescentes

La falta de una alimentación balanceada puede afectar negativamente el desempeño académico, ya que la capacidad de aprendizaje se ve disminuida al no contar con la energía suficiente para llevar a cabo las actividades escolares.

Según información de Unicef, un número alarmante de niños experimenta las consecuencias de una alimentación deficiente y de un sistema alimentario que no tiene en cuenta sus necesidades. La exposición a alimentos poco saludables es preocupante, especialmente debido a la abundante publicidad y comercialización inapropiada de los mismos tanto en áreas urbanas como en zonas remotas.

Cuando los mas pequeños no siguen una dieta equilibrada, pueden experimentar deficiencias nutricionales, como falta de hierro, vitamina B y ácidos grasos omega-3. Esto afecta directamente su capacidad para procesar información y su memoria, teniendo un impacto negativo en su comprensión lectora y su capacidad para abordar nuevos temas.

Por lo tanto, una mala alimentación lleva a que los niños, niñas y adolescentes tengan dificultades para concentrarse, posiblemente experimenten fatiga y somnolencia, enfrenten problemas de comportamiento y tengan baja asistencia y participación escolar debido a enfermedades relacionadas con la dieta o falta de energía.

Una nutrición adecuada es esencial para el crecimiento y el desarrollo cognitivo de los mismos. Una buena alimentación también contribuye a establecer una relación positiva con el entorno, un estado de ánimo mejorado y la adopción de buenos hábitos.