Estoy en casa de mi madre cuidando que los amigos de lo ajeno no ingresen mientras está de vacaciones. También cuido al perro de mi hermana, Chester, que es grandote, pero no tiene mucho de guardián. En estos días que me quedo no lo escuché ladrar ni una vez. Está acostado todo el día en la cama de su dueña, o en la entrada, quizás esperando que llegue ella. Vieron que los perros son de los animales más fieles que existen, así que lo saco a pasear para que no piense en mi hermana y él me hace compañía.
Mi mamá aún conserva su teléfono fijo. Siempre digo que en esta época donde todos nos comunicamos por celular, es una pérdida de dinero tener la línea, pero ella me dice que viene bonificada con todo un combo que tiene de telefonía. Mi mamá es joven pero en eso es bastante ” a la antigua”, la ves todo el día usando el teléfono fijo y usa el celular para jugar al Candy Crush o para mirar los videos a todo volumen.
Lo cierto es que el teléfono no sonó ni una sola vez durante mi estadía de mi madre, salvo Musimundo que me recuerda que debo abonar la cuota (día 5, no te dan respiro), pero anoche sonó. Eran las 12.30 de la noche y estaba acostada mirando una serie con mi hijo. En ese momento se me cruzaron todas las preguntas, qué quien podía llamar a esa hora, qué si era mi mamá era raro porque me podría llamar al celular, que podría ser mi vecino, para preguntarme si estaba en mi casa, imaginé que entraban a robar. La ansiedad me gana y atiendo, del otro lado, una voz masculina grita y se da este diálogo.
-MAMI MAMI MAMI MAMI MAMI ESCUCHÁ MAMI
Me salió reírme porque al minuto me di cuenta que se trataba de alguien que quería estafarme. Mi hijo es pequeño, en mi casa no hay varones adultos, menos hijos.
Del otro lado me hacen burla a mi risa.
-¿Quién habla? pregunto
Me cortan.
Pienso en si hubiese seguido la conversación, seguramente hubiese seguido con alguien supuestamente herido. Y el pedido de dinero. Es raro que alguien caiga en semejante farsa, del otro lado un mal actor intentando estafarme. Pero después pienso en la gente que está sola, y que es víctima de estos engaños.
Seguramente tomen números de la guía telefónica, que ya no existe más y busquen personas y se arriesgan, seguramente alguno caiga. Es lógico que si alguien se accidenta lo último que pediría es dinero, o cargas telefónicas, pero en la desesperación, la gente accede a lo que le piden.
Si los llaman, traten de mantener la calma, llamar por celular a quien supuestamente es víctima de un accidente, no le den dinero a nadie. Además por el tono de voz uno puede reconocer que se trata de otra persona y no quienes dicen ser.
Me voy a dormir, pensando en si alguna persona sola o grande cae en el engaño del accidentado. Espero que hayan perdido todo el dinero en llamadas y que nadie les haya dado ni un peso.
Qué opinas?