Aunque al principio se pensó que el animal había sido atropellado por un tren, un examen veterinario descartó esa hipótesis. Sospechan que el brutal ataque fue una represalia por una pelea vecinal. El caso fue calificado como uno de los más aberrantes vistos en la ciudad.

Una escena de extrema crueldad conmociona al barrio Acindar, en la zona sudoeste de Rosario. Un perro fue rescatado este martes con dos patas amputadas, y tras las primeras evaluaciones veterinarias, se descartó que se tratara de un accidente. Los indicios apuntan a un brutal caso de maltrato animal, posiblemente motivado por una pelea entre vecinos.

El hecho ocurrió en la intersección de Garibaldi y avenida Francia, y fue denunciado mediante un llamado al 911. Al llegar al lugar, efectivos de la Unidad Regional II y la Brigada Ecológica y de Rescate Animal encontraron al perro en estado grave. Inicialmente se informó que había sido arrollado por un tren, pero la versión se desmoronó tras el análisis clínico.

“El tipo de lesiones no es compatible con un accidente ferroviario”, explicó el veterinario Carlos Cossia, eb Radio2, quien se encargó del tratamiento del animal en su hospital del macrocentro. Según su diagnóstico, el perro sufrió cortes limpios en ambas patas izquierdas y lesiones adicionales en la cola, lo que sugiere el uso de un arma blanca, posiblemente un machete o cuchillo.

Además, Cossia detectó un corte punzante en el muslo, cerca del ano, y calificó el caso como “lo más aberrante que he visto”. El profesional realizó una cirugía para limpiar y preparar los huesos, y aseguró que, aunque el perro quedó fuera de peligro, necesita prótesis para recuperar la movilidad.

“No hay ninguna posibilidad de que esto haya sido un accidente con auto, moto o tren. Eso es folklore. Esto fue una agresión directa”, afirmó categóricamente. Según el relato del veterinario, los dueños del perro creen que se trató de una venganza relacionada con un conflicto vecinal.

El animal, que tendría entre 8 y 10 años, fue descripto como un perro geronte. La hija del dueño, residente en Ibarlucea, se comprometió a retirarlo del hospital una vez que se recupere de la operación.

Mientras tanto, el repudio crece en el barrio y se espera que avance la investigación para identificar a los responsables de un ataque que reabre el debate sobre el maltrato animal y la necesidad de sanciones más duras en estos casos.