Por la suba de las tasas de interés, en agosto se derrumbó el crédito al consumo

La financiación con tarjeta de crédito y los préstamos personales se ubicaron 8 por ciento debajo del nivel del año pasado. Los préstamos al sector privado en su conjunto cayeron 2,4 por ciento respecto de julio, lo que es el retroceso más importante desde noviembre y una nueva señal del freno que sufre la economía.

Consecuencia inevitable de la abrupta suba de tasas de interés aplicada desde fines de julio, el crédito al sector privado registró por segundo mes consecutivo una caída en agosto, de 2,4% respecto de julio. Se trata del retroceso más pronunciado del año pero, lejos de sorprender, el dato difundido ayer por el Banco Central en su informe Monetario Mensual, es consistente con el nuevo enfoque de política monetaria y el enfriamiento que supone para la economía.

En este sentido, más profunda fue la caída en el financiamiento al consumo, lo que es una primera confirmación del freno que ya advierten las consultoras que hacen sus propias mediciones. En este segmento, compuesto por los préstamos personales y, esencialmente, la financiación de las tarjetas de crédito, la reducción en términos reales fue de 2,7% y 3,1% respectivamente.

“De este modo, el saldo promedio del mes se ubicaría 8% por debajo del nivel de un año atrás. En tanto, los préstamos personales habrían exhibido una caída de 2,7% mensual a precios constantes y se encontrarían 7,9% por debajo del nivel de agosto de 2021″, detalla el informe del BCRA que aclara que la tasa de interés correspondiente a los préstamos personales promedió en agosto 74,6% anual en términos nominales (equivalente a una tasa efectiva anual de 106,3% ), lo que representó una suba de 9 puntos respecto al mes previo. En este incremento puede encontrarse la principal causa de la retracción, que previsiblemente tendrá consecuencias en materia de actividad.

“Restricciones a las importaciones por falta de dólares, suba de tasas, menos gastos público, todo el enfoque de la política económica es ahora contractivo, por lo que esperamos una desaceleración que probablemente ya está ocurriendo”, opinó Miguel Kiguel, director de la consultora Econviews.

Los datos oficiales de la caída en el financiamiento al consumo resultan una primera confirmación del freno que ya advierten las consultoras que hacen sus propias mediciones

El encarecimiento del crédito no afectó solamente al crédito al consumo. También los préstamos a la producción y líneas comerciales evidenciaron un retraimiento, incluso las promocionadas Líneas de Financiamiento para la Inversión Productiva (LFIP), a tasas subsidiadas, que crecieron en pesos por debajo de la inflación. Al respecto, el BCRA señala que “cabe señalar que, en línea con el aumento de las tasas de interés de referencia, se elevó la tasa máxima de la línea para financiar capital de trabajo desde 58% a 69% nominal anual.; y la correspondiente a proyectos de inversión pasó de 50% a 59% nominal anual.

Forzado por las circunstancias, el Banco Central modificó a fines de julio su política de ajuste gradual de la tasa monetaria y, en medio de la corrida cambiaria tras la salida del ex ministro de Economía, Martín Guzmán, y las dificultades de su fugaz sucesora, Silvina Batakis, para anclar expectativas, el titular de la autoridad monetaria; Miguel Pesce, aplicó un incremento de 800 puntos básicos a fines de julio. Esa suba, muy por encima de las implementadas hasta el momento, se complementó con otro salto aún mayor a mediados de agosto, ya con Sergio Massa al frente del Palacio de Hacienda. En esa oportunidad, la suba fue de 950 puntos básicos, lo que la dejó en los actuales niveles de 69,5% nominal anual.

Los préstamos a la producción y líneas comerciales evidenciaron un retraimiento, incluso las promocionadas Líneas de Financiamiento para la Inversión Productiva (LFIP), a tasas subsidiadas, que crecieron en pesos por debajo de la inflación

Aunque el impacto sobre el financiamiento para la economía fue inmediato, los sucesivos incrementos lucen todavía insuficientes a la luz de los índices de inflación que no ceden. De esta manera, el Banco Central se prepara para un nuevo ajuste de tasas el próximo jueves, una vez conocido el índice de inflación. Se prevé que la magnitud del ajuste será, en esta ocasión, mucho menor pero de todos marcará un hito. Es que una suba moderada de apenas 200 puntos básicos (se espera al menos entre 300 y 500 p.b.), llevará la tasa nominal anual a 71,5%, lo que representa una tasa efectiva por encima de 100% anual.

En este sentido, el informe del Banco Central explicó claramente que ahora la entidad “aceleró el ritmo de suba de la tasa de interés de sus instrumentos de regulación monetaria y al mismo tiempo elevó las tasas de interés mínimas de los depósitos a plazo fijo. De este modo, busca propender hacia retornos positivos en términos reales de los instrumentos de ahorro en pesos y preservar la estabilidad monetaria y cambiaria”.

Infobae

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