Mientras Capitán Bermúdez continúa conmocionado por el triple crimen ocurrido entre el viernes 12 y el sábado 13 de enero, y tras una marcha realizada esta semana por familiares de las víctimas pidiendo justicia, los dos acusados que se encuentran en prisión preventiva se defendieron ante el juez Carlos Gazza y dieron su propia versión de los hechos acontecidos.
Pero Alexis Lobos y Luciano Palacios pidieron hablar frente al magistrado y declarar la versión de lo que ocurrió esa trágica noche en la que fueron asesinados a machetazos Santiago Ochoa, Eber Ramos y a Emiliano Saucedo en una vivienda de barrio Posta de Capitán Bermúdez.
Alexis Lobos, explicó que no se dedica habitualmente a la compra y venta de dólares pero que tenía unos dólares ahorrados para poder comprarse un terreno y montar un comercio. Que tenía en su poder 4.900 dólares que se los ofreció Eber Ramos, a quien conocía del barrio y que estaba en conocimiento que se dedicaba al narcomenudeo. Pero que Ramos quería comprar 6.000 dólares y que decidió comprarle 1100 dólares a Santiago Ochoa.
El imputado declaró que coordinó con Eber Ramos ese viernes para cambiar el dinero. Lobos relató que primero llegó Eber en su camioneta Audi Q5 blanca con Luciano Palacios (a quien no conocía). Se bajó solo Eber, entró a su casa y Palacios se quedó en el vehículo y que adentro contaron el dinero que estaba en una mochila gris.
Había 6.000.000, entonces separaron 1.200.000 millones para comprarle después a Ochoa. En ese momento, solo contaron la plata y él recibió los pesos, pero no entregó dólares porque no los tenía ahí. A los pocos minutos Palacios lo llamó a Eber, y le dijo que quería ir al baño. Entonces Eber lo llevó hasta su casa al baño, cerca de las nueve de la noche. Que al rato Eber volvió solo, pero que más tarde llegó Ochoa junto con Saucedo en una motocicleta Honda Wave blanca. Que entró sólo Ochoa porque eran amigos (Lobos y Ochoa) pero Saucedo se quedó afuera (porque Lobos no deja entrar a desconocidos a su casa) con la moto.
Al poco tiempo mientras estaban contando el dinero de nuevo lo llaman a Eber. Éste se asoma y observan un automóvil Palio de color negro con cinco personas a bordo. Se bajan tres de los cuales dos estaban armados y que los reducen a Ramos y Saucedo. Los hacen entrar y también lo amenazan a Lobos y a Ochoa. Que los que estaban armados los hacen arrodillar a Ochoa, Ramos y Saucedo y a él lo obligan ir a buscar un martillo. Cómo Lobos no tenía Martillo, solo una masa, el que estaba desarmado lo lleva hasta el galpón, buscan la masa y también toman un cuchillo de la cocina.
Le decían a Lobos que les pegue mazazos a Eber, y éste se negó. Entonces uno de los armados tomó la masa y les empezó a pegar él y otro a darle puntazos con cuchillos. Una vez que estaban todos ensangrentados, arrastraron a Ochoa y Saucedo a la pieza de Lobos y a Lobos lo empujaron sobre los cuerpos. Que antes de irse le dijeron que no llame a la policía. Se fueron y Lobos quedó con los tres muertos. Que eso fue cerca de las once de la noche. Lobos dijo que se quedó solo entonces y salió afuera y entró la moto. Que no sabía si llamar a la policía o deshacerse de los cuerpos. Al rato llegó Palacios a buscar los 4 millones que puso él o los dólares y él le dijo que Eber había salido. Entonces vinieron los padres de Eber y se llevaron la camioneta.
Luego llegaron los familiares de Ochoa y Saucedo buscando a sus familiares y dice que él les mintió porque no sabía qué decirles. Que después llegó la policía y lo detuvieron.
La defensa de Lobos solicitó la libertad cumpliendo una serie de requisitos, y subsidiariamente prisión con salidas laborales. También ofreció caución real de $500.000 y juramento del padre de Lobos.
Por su lado Luciano Palacios declaró que trabaja en la empresa Peitel y que el viernes por la tarde lo llamó Eber Ramos, de quien era amigo y le ofreció 4.000 dólares para vender. Que él tenía ese dinero entonces aceptó la transacción porque se los dejaba a $1.000 por dólar. Juntó la Plata que tenía de ahorros y de la venta de una moto y Eber lo pasó a buscar y fueron a la casa de Alexis Lobos (que era la primera vez que iba a esa casa, lo conocía solo de nombre).
Que se bajó Eber solo y él se quedó en la camioneta de Eber. Que a la media hora aproximadamente le dieron ganas de ir al baño, entonces le avisó a Eber y este lo llevó a su casa y le dijo que cuando le traigan los dólares él se los llevaría. Palacios se quedó en su casa con otros amigos que iban a comer. Además contó que fueron a hacer mandados y volvieron a su casa, que luego hicieron hamburguesas a la parrilla y como pasaba el tiempo y Ramos no le llevaba los dólares, lo empezó a apurar, pidiéndole que le diera los dólares o le devuelva los pesos pero que Eber le contestaba con evasivas .
Cerca de las once y media de la noche Eber dejó de responder los mensajes y no atendía el teléfono. Entonces señaló que fue solo a la casa de Lobos a ver qué pasaba y reclamar su dinero porque pensó que lo habían estafado. Que cuando llegó Lobos estaba afuera en la Honda Wave y le dijo que Eber se había ido, que lo pasó a buscar un Clio de color gris. Palacios le preguntó porqué la camioneta de Eber estaba ahí y Lobos le dijo que porque ya venía.
Entonces se quedó a esperarlo. Al rato llegaron los padres de Eber en una moto y el papá le pidió a Lobos las llaves de la camioneta de Eber y se fueron. Minutos después empezaron a llegar personas a preguntar por Ochoa y Saucedo, a quienes Palacios no conocía. Que comenzaron a increparlos a los dos. El no entendía nada. Que eran unas 15 personas y que al rato llegó la policía y entraron a la casa de Lobos, que salieron y le preguntaron qué hacía ahí. Él les dijo que estaba esperando a Eber porque le tenía que dar dinero, entonces lo detuvieron y le dijeron los policías que había matado a tres personas.
patrocinado por los Dres. Fernando Virgili, Eliana Zapata y Federico Godoy.
El abogado Virgili pidió la inmediata libertad. Subsidiariamente pidió prisión domiciliaria por 30 días.
Los relatos de ambos imputados coinciden en algunos puntos pero no en el desenlace final, mientras Lobos habla de que quienes cometieron el crimen aparecieron en un Fia Palio, Palacios, habla de que no estuvo en la escena y que llegó luego cuando los tres hombres ya estaban muertos. El punto en común, incluso en la hipótesis de la Fiscalía es que hubo una transacción entre pesos y dólares.
El juez Gazza apoyó la teoría de la fiscalía quien los imputó por homicidio criminis causa y dictó prisión por el plazo de ley para ambos.
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