El Centro Solidario Manos Abiertas de Capitán Bermúdez fue robado y destrozado por sexta vez por desconocidos que incluso mataron al gatito de la institución.

No se puede explicar tanta crueldad, tanto ensañamiento a un espacio que trabaja con jóvenes postergados por el Estado, en un barrio atravesado por la delincuencia y el enfrentamiento entre bandas narco. En la madrugada del 25 de mayo, delincuentes fue robaron y destrozaron el Centro Solidario Manos Abiertas, ubicado en la calle Presidente Perón 498 de la ciudad de Capitán Bermúdez. El Centro pertenece al Centro Ecuménico Poriajhú.

No sólo se llevaron elementos de cocina, rompieron la alarma,  forzaron y abrieron el portón de ingreso al predio y mataron al gatito y lo dejaron colgado.

Desde el espacio responsabilizaron a la municipalidad de Capitán Bermúdez y solicitaron al intendente Daniel Cinalli que brinde políticas inclusivas, a través de una carta.

«En este lugar desarrollamos diversos talleres en relación con la economía solidaria de los que participan jóvenes de los lugares más postergados y desfavorecidos. Estos jóvenes llegan con la ilusión de lograr construir otro futuro con la esperanza de integrar un grupo, aprender de los demás y sostener un proyecto de vida», expresaron.

Lamentablemente, son cada vez más quienes no llegan o encuentran un espacio cultural y quedan expulsados de un posible contrato social responsable. De ahí que, los únicos caminos que transitan desde la delincuencia y el narcotráfico se vuelven encerronas trágicas».

De esta manera, entendemos que los robos y destrozos que venimos sufriendo son pedidos desesperados por volver a integrar un contrato social responsable y responsabilizamos al Estado municipal, provincial y nacional por su retiro, borramiento y abandono en la generación, promoción y sostenimiento de políticas públicas, espacios culturales, programas de inclusión socioeducativo, prevención y atención de consumos problemáticos».

El Estado es responsable y quienes gobiernan estos estados también lo son. No es un delincuente quien realiza estos actos, sino un Estado delincuente que se retiró de estos no-lugares donde ya no es vivible la vida. Con todo esto expresamos con claridad que estos dramas sociales no se solucionan con más policía ni mano dura.

Queremos un Estado que se responsabilice con respecto a su legítima obligación de garantizar derechos por medio de políticas públicas de inclusión socio-comunitaria y de prevención de los consumos problemáticos.

Es urgente arreglar las instalaciones destruidas y recuperar lo robado para poder continuar con las actividades que generan en la juventud una esperanza de que otra vida es posible.

Solicitamos al Señor Intendente de Capitán Bermúdez que construya políticas inclusivas desde esa perspectiva articulando con el Estado provincial, nacional y la comunidad toda en su conjunto».