Vacunación contra sarampión, prevención y cuidado de la salud

Sarampión: alerta por brote y cómo es el esquema de vacunación

El sarampión vuelve a encender las alarmas sanitarias en Argentina. El Ministerio de Salud confirmó cuatro casos en una familia uruguaya que recorrió varias provincias sin vacunación completa. Tres adultos y un niño viajaron en micros de larga distancia entre el 13 y el 16 de noviembre, exponiendo a otras personas al virus. La alerta recuerda que la prevención depende de completar el esquema de vacunación y de consultar rápidamente ante fiebre, tos o manchas en la piel. Mantener las dosis al día protege a cada persona y fortalece la inmunidad colectiva.

Sarampión: qué es y cómo protegerse

La vacuna triple viral protege contra sarampión, rubéola y paperas. Forma parte del calendario nacional y es obligatoria y gratuita. El esquema incluye una primera dosis a los 12 meses y una segunda a los 5 años. Las personas nacidas después de 1965 deben acreditar dos dosis de triple viral o una triple viral más una doble viral. Quienes nacieron antes de 1965 tienen inmunidad natural. Las embarazadas y personas inmunocomprometidas no pueden recibir la vacuna de virus vivos y deben consultar al equipo de salud ante cualquier contacto con casos sospechosos.

El Gobierno de Buenos Aires reforzó la prevención en el AMBA. Se aplica una dosis adicional para menores de 6 a 11 meses y un refuerzo para niños de 13 meses a 4 años nacidos entre 2021 y 2024. Estas dosis complementan, no reemplazan, el calendario habitual.

El sarampión se transmite por el aire a través de gotas respiratorias. Los síntomas incluyen fiebre alta, conjuntivitis, secreción nasal, tos y manchas que se extienden desde la cabeza hacia el resto del cuerpo. Los grupos más vulnerables son los niños sin vacunación completa, las embarazadas y las personas inmunocomprometidas. Las complicaciones posibles incluyen neumonía, otitis, deshidratación y problemas neurológicos como encefalitis.

No existe tratamiento antiviral específico. El cuidado consiste en aliviar síntomas, hidratarse, controlar la fiebre y mantener aislamiento para cortar la transmisión. Ante fiebre alta o erupciones, la consulta médica inmediata es fundamental.

La vacunación completa sigue siendo la herramienta más efectiva. Aplicar las dosis en tiempo y forma protege a cada individuo y refuerza la inmunidad colectiva, resguardando también a quienes no pueden recibir la vacuna.

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