El sábado y domingo pasados, el Centro Cultural y Educativo Municipal fue sede del Campeonato Nacional de Cubo Rubik, auspiciado por el municipio local. El “San Lorenzo Open 2015” contó con el patrocinio de la Asociación Mundial de la disciplina y reunió a más de cien competidores de todo el país y Uruguay. El intendente Leonardo Raimundo encabezó la entrega de premios a los ganadores, en compañía del subsecretario de Gobierno, Hernán Ore, y la subsecretaria de Derechos Humanos y Defensa al Consumidor, Luciana Resquín.

El certamen se desarrolló en 11 categorías que pusieron en juego diferentes habilidades: por tiempo, utilizando diferentes tipos de cubo, con una sola mano y a ciegas, entre otras.  Además hubo tiendas que pusieron a la venta los rompecabezas mecánicos a los jugadores y al público.

El primer mandatario local felicitó a los jugadores y a los organizadores por el éxito del evento. “Ha sido un orgullo para nuestra ciudad ser sede de una competencia que demanda un despliegue de destrezas intelectuales realmente admirable”, señaló.

Pablo Marcuzzi, titular del área de la Juventud, a cargo de la coordinación del evento, señaló que la realización del torneo surgió como una iniciativa de tres jóvenes de la ciudad a la que el municipio accedió en forma inmediata. “Argentina cuenta con un delegado de la Asociación Mundial que ellos contactaron y les ofreció celebrar el campeonato en su propia ciudad. De inmediato pusimos a disposición nuestros espacios y nuestro trabajo para organizar este importante campeonato”, dijo Marcuzzi.

El cubo y su historia

El cubo de Rubik es un rompecabezas mecánico tridimensional inventado por el escultor y profesor de arquitectura húngaro Erno Rubik en 1974. Originalmente llamado “cubo mágico”, el rompecabezas fue licenciado por Rubik para ser vendido por Ideal Toy Corp en 1980 y ganó el premio alemán a mejor juego del año en la categoría “Mejor rompecabezas” ese mismo año. Hasta enero de 2009 se habían vendido 350 millones de cubos en todo el mundo,  convirtiéndolo el juguete más vendido del mundo.

En un cubo de Rubik clásico, cada una de las seis caras está cubierta por nueve pegatinas de seis colores uniformes (tradicionalmente blanco, rojo, azul, naranja, verde y amarillo) Un mecanismo de ejes permite a cada cara girar independientemente, mezclando así los colores. Para resolver el rompecabezas, cada cara debe volver a consistir en un solo color.