Todavía no puede confirmarse cómo murió Maximiliano Heredia

La querella y la defensa coinciden en que aún no puede determinarse la causa de muerte de Maxi Heredia, pero luego se diferencian. Mientras para la defensa, un informe de la tomografía señala que no murió por los golpes, la querella apunta a que ese informe aún no es final.

La audiencia que se desarrolló ayer en el caso caratulado como homicidio preterintencional hacia el joven Maximiliano Heredia el pasado 1° de julio mantiene el interrogante principal sobre cómo muró el muchacho de 32 años en un Hospital de Cañada de Gómez, luego de ser derivado desde el Granaderos a Caballo de San Lorenzo sin signos vitales, luego de ser cargado en la camioneta del comando radioeléctrico.

Aún restan conocerse los resultados de la autopsia del cuerpo que se realizó bajo el protocolo de Minnesota pero tras la audiencia, la defensa de los policías imputados, Rodolfo Müler, Adrián Ferreyra, Walter Acuña y Rodrigo González, expresaron que la hipótesis de la muerte por golpes está más cerca de estar descartada.

“La versión que dio el kiosquero es acorde a la que figura en el acta de procedimiento es lo que venimos diciendo los defensores que Maximiliano fue al kiosco que quería una cerveza y que no tenía plata para pagar que se puso intenso, que estaba bastante fuera de eje y que el kiosquero se asustó y que pasaba una camioneta del comando y que los llamó. El cuerpo evidentemente tiene golpes, producto del forcejeo, lo que tienen que determinar los peritos es si esos golpes, son de una entidad suficiente para provocarle la muerte y eso ya lo descartó la tomografía computada”, expresó José Nanni, el abogado que asume la defensa del policía González.

El letrado adelantó que la fiscal Melisa Serena expresó en la audiencia que el cuerpo de Heredia no tenía quebraduras. “No hay informe final pero la causa de muerte sigue siendo indeterminada, lo que la fiscal señaló que de acuerdo a lo que le dicen los médicos van descartando hipótesis, se descartó una patada, y los golpes que recibió no fueron de una entidad suficiente para que se comprometieran sus órganos, ahora están esperando los resultados de los dos estudios que les faltan, uno de ellos que determine la cantidad de cocaína que Heredia tenía en la sangre y un estudio de estrés que podría determinar si Heredia estaba absolutamente estresado. Está muy lejos la hipótesis del abuso policial. Aún restan esos dos estudios de sangre que se realizan en laboratorios de Santa Fe”, manifestó Nanni.

Por su parte, el abogado de la querella, Ricardo Silva Angulo que representa a la mamá y a la hermana de Maximiliano expresó que “se realizó un pre informe de la tomografía del cuerpo del joven, tenemos que ver las fotos y presentarlas a nuestro perito para que haga el informe para determinar la causa de la muerte. Esto no implica que no le hayan pegado e incluso se podría cambiar la calificación. Hay elementos que faltan por informarse”.

Seguirán en el proceso pero en libertad, porque el juez consideró que toda la prueba ya está cautelada y que no existía entorpecimiento probatorio y se preguntó sobre la estrategia de la defensa de ir por las adicciones de Maximiliano “¿Por ser adicto había que matarlo?”, cuestionó.

“Un testigo dijo que vio como uno de los policías lo golpeaba. Los médicos tuvieron que reanimarlo por 40 minutos y llegó esposado, sin vida y esposado. Cuando lo reaniman los médicos estaba muerto, y luego lo trasladan a Cañada de Gómez”, expresó el abogado Silva.

Los hechos imputados a los policías

Según la teoría de la fiscalía, Maximiliano Heredia llega en horas de la medianoche del 1° de julio al maxikiosco 24 horas ubicado en Brown y Alem, a escasos 50 metros de su vivienda. El empleado del local relató que el joven estaba exaltado, bajo efectos de estupefacientes, y que lo agrede verbalmente. El empleado se asusta y en momentos en que circula el móvil policial a cargo del Inspector Rodolfo Muller y del suboficial Adrián Ferreyra, el muchacho le manifiesta la situación, por lo que van en búsqueda de Heredia quien ya se había retirado del local y cruzado de vereda hacia su casa.


El personal policial sale a su búsqueda, le da voz de alto, y Muller lo sigue hasta la vivienda de calle Brown 2242, donde él lo saca de la casa y empieza una lucha entre ambos. Heredia realizaba una fuerte resistencia a ser retenido, se había tomado de las rejas. Eso hizo intervenir al policía Ferreyra donde lo esposaron, lo colocaron boca abajo en el frente de la casa. Heredia gritaba que lo dejaran, y ante sus gritos, un vecino sale a la vereda en momentos en que el joven ya estaba esposado pero descontrolado y exaltado.

Cuando llega el personal de refuerzo conducido por los suboficiales González y Acuña, el vecino pudo visualizar como “el que estaba de acompañante (Acuña), baja y sin mediar palabra ya estando Heredia esposado sin poder defenderse, le propina un golpe de puño bastante fuerte al rostro”; luego lo suben a la camioneta y es llevado a la sede de comando, mientras Muller y Ferreyra se quedan recabando datos en el lugar.


Minutos más tarde, cuando era trasladado, Heredia comienza a ponerse azul, tiene problemas para poder respirar y es allí donde lo llevan al hospital Granaderos a Caballo sin signos vitales y donde tuvieron que desfibrilarlo varas veces. Heredia es trasladado a las 4.00 h al Hospital San José de Cañada de Gómez, con un paro cardíaco en el medio, sedado, inestabilizado, “llegó en un estado metabólico crítico, no respondía a ninguna reacción sensorial, no tenía movimientos, no había abierto los ojos ni había orinado. Pese a todo el esfuerzo del personal termina falleciendo a la 13.30 de la tarde”, señaló la fiscal Melisa Serena, quien imputó a los cuatro policías por homicidio preterintencional.

Qué opinas?

También te puede interesar

Más del autor