Una mujer interpuso una demanda de alimentos a favor de su madre, quien padece demencia vascular, contra sus dos hermanos. La justicia falló a su favor, ordenando a cada uno de los hijos abonar $900.000 mensuales.

La accionante fundamentó el pedido explicando que, debido al cuadro de demencia vascular de su madre, esta no puede permanecer sola y requiere acompañamiento permanente. Ante esta necesidad, la hija contrató cuidadores que asistieran a su madre las 24 horas, asumiendo ella misma todos los gastos, situación que declaró insostenible.

Según se expuso, la madre percibe ingresos mensuales de $1.825.000 por su jubilación y el alquiler de dos propiedades, dinero que destina íntegramente a sus gastos en medicamentos, atención médica, vestimenta y otros necesidades.

Frente a la demanda, los hijos varones rechazaron la pretensión de su hermana y plantearon como alternativa la internación de la madre en una institución especializada.

El juez de Familia, de San Lorenzo, Marcelo Escola, resolvió a favor de fijar la cuota alimentaria. En su fallo, sostuvo que “la obligación alimentaria entre parientes es de naturaleza asistencial, basada en la solidaridad familiar”. El magistrado consideró indudable que, por la situación vulnerable de la mujer, sumada al conflicto familiar y a su condición de salud que requiere atención de terceros, era necesario establecer una cuota a cargo de sus hijos para mejorar su calidad de vida.

Finalmente, el juez instó a las partes a buscar vías de diálogo que permitan reducir el conflicto, en beneficio del bienestar de su madre y el propio.