Durante las tareas investigativas que se realizaron tras la desaparición de Paula Perassi, un perro de raza Bloodhound de nombre Hueso, fue clave para hallar el rastro de la mujer en tres lugares claves; el viejo bar de Timbúes, la casa de Darío Antonio Díaz también en esa localidad, y una garita de colectivos sobre ruta 11.

Los procedimientos en el que el can estuvo presente rastrando los olores se dieron los días 6 y 10 de diciembre de 2011 y estuvieron a cargo de la superior de servicios del área de caballería y perros Analía Giménez, quien declaró hoy en la cuarta jornada del Juicio. También lo hizo el inspector de policía Carlos Dávola.

Según relató la periodista Flavia Campeis, durante la jornada se transmitieron videos de dichos procedimientos donde “Hueso”, rastreó a Paula, con una prenda que Rodolfo Ortiz de Elguea, marido de la mujer ofreció a la policía.

Los testigos confirmaron que el perro logró identificar rastros en una garita de colectivo ubicada en Ruta 11, también en el Viejo Bar de Timbúes (incluso en el baño)y en la vivienda y vehículo de Darío Antonio Díaz, en la misma localidad en Sargento Cabral al 500, pero no en la casa de Mirta Rusñiski.

El 6 de diciembre de 2011, el perro encontró rastros fuera del domicilio de Paula sobre calle Entre Ríos; en una garita ubicada sobre la ruta 11 km 333, a metros de calle Córdoba y en una parada de colectivos  ubicada en la intersección de calle Gaboto y Av. San Martín de la ciudad de Timbúes,

También se hallaron concentraciones de rastro en el Viejo Bar de Timbúes desde la puerta de ingreso al local hasta llegar a la puerta del baño de damas.

El 10 de diciembre se encuentran rastros en la casa y de Darío Antonio Díaz sobre  calle Sargento Cabral 524 hasta el patio de la finca, y en su automóvil Chevrolet Corsa.

Para la fiscalía, a Paula la privaron de su libertad y la trasladaron en el auto de Díaz al domicilio de Rusñisky para realizarle el aborto.

Foto archivo