Un menor de 17 años y otro de 15 resultaron heridos en una gresca entre los asistentes a un pico libre que tuvo lugar en un domicilio de Luis Borghi al 200 de San Lorenzo. Ocurrió en la madrugada del sábado.

A través de las redes sociales, casi un centenar de jóvenes se dieron cita en una fiesta privada la noche del pasado viernes en un domicilio particular. La consigna era llevar bebidas, formar parte de  la lista de invitados y pagar 100 pesos en la entrada o 50 la anticipada.   Lo que comenzó como una fiesta, terminó en una batalla campal por las calles del barrio 1º de Julio, con dos menores de edad heridos de arma blanca.

Un llamado al 911 alertó a la policía acerca de una pelea en la vía pública. Al llega al domicilio de Luis Borghi al 200, un centenar de personas, en su mayoría menores de edad, se agredían físicamente y al notar la presencia de la policía comenzaron a arrojar piedras contra el personal.

En ese marco de violencia, arribaron más unidades móviles al lugar y la policía comenzó a disparar balas antitumulto para dispersar a la multitud.

Según fuentes policiales, la fiesta se había organizado en el domicilio de Luis Borghi 245, propiedad de Hilda Díaz quien manifestó haber celebrado un cumpleaños y no conocer el motivo de la pelea.

Uno de los jóvenes con su ropa ensangrentada, identificado como R. Brian, de 15 años, entregó al personal policial un cuchillo con mango de madera y hoja aproximadamente de 13 cm de largo, y se retiró sin aportar datos, gritando «Con ese cuchillo me cortaron».

Momentos después, a pocos metros de la riña, en Catamarca al 200 se produce otra  que involucra a dos motocicletas de baja cilindrada.  Un joven corre hacia el móvil policial que actuaba en el lugar y se refugia en su interior, identificándose como M. Lucas, de 17 años y manifestando que lo corría una moto y lo habrían agredido produciéndole un corte en el cuello.

El conductor de una de las motos fue aprehendido e identificado como  R. Brian (15)  manifestando que había sido agredido por M. Lucas (17).

Más tarde, se hace presente un hombre que aduce ser el padre de Brian R. intentando entorpecer el procedimiento, arremetiendo verbalmente contra el personal policial y tratando de evitar la aprehensión de su hijo, para luego perderse entre la muchedumbre.

Se traslada ambos jóvenes al hospital local, siendo atendidos por la Guardia donde les realizaron las curaciones.