Lo expresó una de las psicólogas que analizó los escritos de Paula Perassi y los chats que mantuvo con José Luis Freijomil.

La defensa de Mirta Rusñiski había dejado un interrogante un tanto ofensivo el día anterior al agente de Asuntos Internos Adrián Hernández, ¿Usted sabe si Paula Perassi sabía leer? ¿Usted sabe el nivel de instrucción de Paula Perassi?.

Dicho planteo quedó echado por tierra por la perito calígrafa Marcela Mandolini, quien fue la encargada de analizar tres escritos otorgados por la familia de la víctima. La testigo manifestó que el primero era una carta, al que refirió como “un escrito dedicado al amor”, y agregó que “otro era una hoja que sacaron de una agenda y después, un papel con alimentos que tenía que comprar para una dieta”. Cabe recordar que una de las cartas fechada el 16 de agosto de 2011 para el cumpleaños de Gabriel Strumia, que confirma el vínculo amoroso que sostenían.

Según precisó la periodista Flavia Campeis, de diario Síntesis, Mandolini señaló que “eran tres escritos en birome. Mediante el microscopio inspeccioné y detallé que a las tres piezas la realizó la misma manoescritora. Las morfologías de determinadas letras determinaron que están escritas por la misma mano”, detalló.

Ayer además declararon dos psicólogas, María Victoria Colucci y Marcela Arce quienes cumplen funciones en la URXVII y que analizaron estos escritos hechos por Paula.

También fueron las que entrevistaron al esposo de Paula, Rodolfo Ortiz de Elguea y a Gabriel Strumia.

“Había una carta afectiva, con fecha 16 de agosto de 2011, no estaba dirigida a quien ella declaraba su amor, mostraba un buen estado anímico, vinculada afectivamente con otra, donde reconocía ciertos inconvenientes en esa relación, teniendo claridad de los obstáculos de la relación, pero sintiéndose de la otra parte muy cuidada y muy querida”, aseguró Colucci.

También expresó  que “en el informe del análisis de la lectura de las cartas, expresábamos el buen nivel narrativo, y eso lo cotejamos con un mensaje de un teléfono celular que habría mandado Paula ( cuando desapareció a Strumia y que este se lo mostró a Alberto Perassi), donde había un error grosero de ortografía. Lo que señalamos es que no impresionaba que ese mensaje de texto hubiera sido de ella, en comparación al nivel de redacción que ella tenía en esas cartas que analizamos”.

Por ejemplo, uno de los errores es que la palabra «vez» estaba escrita con B y con S.

Por su parte, la psicóloga Marcela Arce señaló que entrevistó a  Strumia y a Ortiz de Elguea tras la desaparición de Paula y analizó: » no se percibió una actitud colaboracionista, sino más bien reservada, no decía más de lo que se le preguntaba, se ajustaba a eso nomás. Por eso manifestamos la diferencia con el marido que tuvo una actitud más abierta”.

También fue consultada por los chats que mantenía con José Luis Freijomil, un amigo en común con Strumia y expresó:  “la mayor parte de sus estados de ánimo estaban en base a su relación con Gabriel Strumia. En los últimos meses y sobre todo cuando se enteró que estaba embarazada, su estado anímico estaba en relación a cómo estaban con Strumia”.

«En la evaluación de los chats, estaba absolutamente enamorada, y no sabía que decisión tomar con respecto a su relación matrimonial. Sus vaivenes emocionales siempre estaban en consonancia sobre cómo estaba su relación con el señor Strumia”.

La profesional argumentó que Paula no tenía rasgos autodestructivos que pudieran llevarla a un suicidio por esta situación: “ella nunca hizo mención en forma definida a la muerte, no había una idea, eran expresiones de ‘quisiera desaparecer’ o no estar, pero que respondían a un estado emocional como de todos los seres humanos. Eran expresiones emocionales a un momento que después no se sostenían. Su idea siempre era de proyectarse en la vida, tenía ilusiones, ganas, ideas de hacer cosas. Había momentos que se sentía prisionera de la situación, pero nunca se reflejó en los chats que se quería matar”, concluyó la testigo.