El temor a una posible reinfección impulsa un aumento significativo en las pruebas de detección del dengue en instalaciones privadas. Los directivos de estos centros han revelado un incremento sustancial en la demanda de análisis, superando las cifras del año pasado para esta misma época.
Esta tendencia se refleja en establecimientos más pequeños en distintas localidades, donde tanto pacientes con órdenes médicas como aquellos que buscan verificar su estado de salud acuden en aumento.
El brote actual de dengue es el más significativo en la última década, con un número considerable de casos confirmados hasta la fecha. Este, comenzó en agosto y ha alcanzado su punto máximo en las últimas semanas.
Esta enfermedad, transmitida por el mosquito Aedes aegypti, se manifiesta con síntomas como: fiebre, dolores de cabeza y musculares, vómitos, náuseas y, en algunos casos, erupciones cutáneas.
Aunque la mayoría de los casos son leves o moderados, se registra un número preocupante de pacientes hospitalizados, algunos en estado grave, muchos de los cuales buscaron atención médica en etapas ya avanzadas. Las autoridades sanitarias enfatizan la importancia de buscar asistencia médica temprana ante la sospecha de dengue, ya que no existe un tratamiento específico.
En cuanto a los métodos de diagnóstico, se pueden realizar pruebas mediante extracción de sangre o por nexo epidemiológico, este último basado en la presencia de fiebre y al menos dos síntomas compatibles con el virus.
Los costos de estas pruebas varían en el sector privado, siendo los más comunes el análisis de antígenos y PCR, con precios que oscilan entre los montos mencionados. En el sector público, se prioriza el testeo para grupos de mayor riesgo, como menores de 3 años, mayores de 70 años y personas con enfermedades crónicas o comorbilidades.
Además, los viajeros que llegan de países con brotes también son sometidos a pruebas si presentan síntomas compatibles con el dengue.
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