La obra consistió en la preservación del patrimonio histórico y su revalorización con nuevas instalaciones. Además fue restaurado el panteón de la familia Baigorri. El intendente Leonardo Raimundo y el presidente del Concejo Municipal, Hernán Ore, encabezaron la ceremonia.

En un acto realizado el sábado por la tarde, la Municipalidad de San Lorenzo inauguró el Museo a Cielo Abierto de la Orden Franciscana, a la memoria de los hermanos fallecidos. La obra se ejecutó en el marco de un programa mediante el cual se han creado nuevas instalaciones y se han puesto en valor muchas de las ya existentes en el Cementerio Municipal.

La ceremonia comenzó con la ejecución del Himno Nacional, por parte de la Banda Municipal de Música “Orlando Scalona”. Luego tomó la palabra la arquitecta Silvia Bueno, responsable de la restauración del panteón de la familia Baigorri, quien brindó detalles de la obra presentada en la ocasión. Los trabajos consistieron en la limpieza general del espacio, el retiro de los asientos biológicos y ambientales, la reposición de faltantes, el pulido del recubrimiento en mármol y la reparación general de la cripta y la capilla funeraria.

A continuación, el intendente Leonardo Raimundo dejó una ofrenda floral a la memoria de la histórica familia sanlorencina y se llevó a cabo una representación teatral sobre las primeras familias de la Orden Franciscana, bajo la dirección de Mariano Rey.

Luego se efectuó un minuto de silencio y el descubrimiento de la placa que dejó inaugurado el memorial, a cargo del primer mandatario local; el presidente del Concejo, Hernán Ore; el guardián del convento, Raúl Piazza; María Inés Chiodín y el Obispo de la Arquidiócesis de Rosario, Eduardo Eliseo Martín, quien además bendijo el sitio.

Ya habilitado el predio, los granaderos trasladaron a su interior los restos de las hermanas Zoila Ester del Valle Palacios y María del Carmen del Valle Palacios, reconocidas integrantes locales de la Orden.

Ya en el epílogo del acto, se proyectó un video institucional y el intendente Leonardo Raimundo recibió un presente por parte de la agrupación religiosa.

El jefe del Ejecutivo local remarcó el trabajo que ejecuta el municipio para revalorizar todos sus espacios y agradeció la tarea realizada por los responsables de las obras del museo y del panteón Baigorri. “Seguimos trabajando en este sentido porque consideramos que un cementerio no debe ser un lugar de olvido y abandono; debe ser un lugar de conmemoración de la vida, en este caso de la de quienes nos precedieron en la obra de transformar a San Lorenzo en una ciudad cada vez más grande, pujante y solidaria”, concluyó.

A su turno, el presidente del Concejo expresó: “Estamos muy contentos de poner en valor este lugar tan querido para la historia religiosa, para la historia de los sanlorencinos y la historia de todos nosotros. Este espacio ha sido declarado patrimonio histórico y simbólico de la ciudad, y por lo tanto quiero felicitar a todos ustedes que son parte”.

El encuentro, que debió finalizar antes de lo previsto debido a la lluvia, culminó con la entonación de la Marcha San Lorenzo. A la salida del público, se entregó el libro sobre la historia de la Orden local, escrito por Miguel Ángel Piagentini y Sebastián Alonso.

El Museo

El proyecto buscó respetar la estructura derruida del sótano de la Tercera Orden, interviniendo tan solo con una ambientación lumínica natural para que pueda ser apreciado desde la superficie mediante la instalación de un techo de vidrio templado, con la preservación de parte del techo original.

Además se construyó una urna, al interior del sótano, en la que ya descansan los restos de las hermanas Del Valle Palacios.

En las vistas exteriores del entorno, se trabajó en el restablecimiento al espacio de sus elementos propios y se recuperó e instaló la hoja del portón antiguo de ingreso al predio, con las respectivas modificaciones de ampliación en muro y pilar.

La intervención se complementó con una ambientación a tono con el concepto franciscano, de manera que se efectuó la parquización integral del predio y la incorporación de elementos simbólicos para darle una coherencia estética que respete el valor histórico y patrimonial del predio.