Pisar Malvinas, una impactante propuesta virtual para “vivir” nuestras islas

Se trata de una herramienta innovadora para conocer y reflexionar sobre la Causa Malvinas desde un recorrido por distintos aspectos históricos, pero también desde la sensación de “estar en el archipiélago”.

Conocer cómo fue la primera población de argentinos que habitaron las islas, previa a la usurpación inglesa de 1833, sentir el soplido de su viento patagónico, transitar sus colinas y pastizales, y las rocas del Cerro Cove o Llegar a Monte Longdon, donde se produjo la batalla más encarnizada de la guerra, son algunas de las vivencias virtuales que propone la experiencia inmersiva Pisar Malvinas recientemente inaugurada en el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, ubicado en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (ExEsma).

Desarrollada por la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) en el marco del concurso Activar Patrimonio del Ministerio de Cultura de la Nación, Pisar Malvinas se propone como una herramienta innovadora para conocer y reflexionar sobre la Causa Malvinas desde un recorrido por distintos aspectos históricos, pero también desde la sensación de “estar en el archipiélago”.

Así, la experiencia inmersiva invita también a transitar el Monte Longdon, descubrir allí sus únicos “ríos de piedra”, cruzarse y alzar con las manos un casco o un borceguí de un soldado argentino, y hasta divisar y escuchar los motores de la avioneta Cessna del piloto argentino Miguel Fitzgerald.

El paso de un zorrito característico del lugar y extinguido luego por la depredación de los isleños que veían en él una amenaza para sus ovejas, y visualizar desde una base aérea la plataforma continental argentina son otras de las impresiones en las que podrán sumergirse quienes visiten la propuesta abierta al público el 29 de abril pasado en el museo ubicado en Santiago de Calzadilla 1301.

“La experiencia es extremadamente vivencial como emotiva”, señaló Edgardo Esteban, veterano de la guerra y director del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, tanto que “hasta los propios excombatientes al visitar la propuesta decían que, si alguien le soplaba un poquito de viento en la oreja, sentían que, 40 años después, estaban caminando y transitando las Malvinas, no querían irse más de ahí porque, incluso, son compañeros que nunca habían vuelto”.

Grupos de no más de nueve personas (un límite ajustado al espacio físico) realizan recorridos que se hacen junto a varios “jugadores” con un casco de realidad virtual (en el sistema Oculus, de última generación en estas tecnologías).

El “realismo” de los paisajes y objetos que el visitante puede encontrar en su recorrido “impacta” y “genera curiosidad” gracias a la tecnología 3D, explicó Esteban, también periodista, escritor y guionista. Además, gracias a la utilización de un novedoso sistema de trackeo de manos, los objetos hasta se pueden manipular, pasárselos a otro jugador y ubicarlos en diferentes lugares.

Esto permite realizar tareas “colectivas”, como el armado de una especie de maqueta de la primera población permanente en las islas, así como en un rompecabezas se van ubicando la comandancia, el mástil, los cañones y toda esa estructura de una población de más de 150 personas y 23 familias argentinas que fueron expulsadas por los usurpadores británicos en 1833.

La elección de herramientas tecnológicas y realidad virtual no fue casual: “La idea base de la propuesta fue cómo motivar y llegar a los más jóvenes y estos instrumentos no dieron la posibilidad de hacerlo”, cuenta Esteban. El objetivo es “darles la posibilidad de tener esta experiencia y, de alguna manera, atraerlos a lo que tiene que ver este amor, este compromiso y lo que significa Malvinas, más allá de los 40 años del conflicto bélico del Atlántico Sur”, completó el funcionario.

Lo cierto es que en los 15 días que lleva desde su inauguración, Pisar Malvinas logró la atención y una gran demanda de escuelas y distintas instituciones para visitarla, además del público general, que sale “muy movilizado por la posibilidad de caminar por nuestras Islas Malvinas”, apuntó Esteban.

Pisar Malvinas no sólo llegó para quedarse (será una de las propuestas permanentes del Museo), sino que -posibilitado por su aplicación tecnológica- también buscará federalizarse con la visita a instituciones educativas, museos o centros culturales de todo el país. “La intención del Museo es que esto sea un atractivo más para que los chicos, los jóvenes y estudiantes puedan vivir Malvinas como una forma más de reafirmación de nuestra soberanía sobre las islas”, cerró Edgardo Esteban.

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