Amigos para siempre: se reencontraron después de 47 años

Son ex alumnos de la Escuela Provincial Nº182 General Martín Miguel de Güemes. Conectados a través de las redes sociales, se juntaron y recordaron anécdotas.

Durante la mayor parte de los últimos 47 años, los chicos no se habían visto más que unos pocos y sólo casualmente. Cuando Claudio de la promoción 1975, se decidió finalmente a sondear qué interés habría entre sus compañeros de escuela primaria en hacer una reunión, nunca se imaginó la respuesta que recibiría. Un miércoles enlistó la ayuda de su siempre amigo Omar para empezar a contactar a los compañeros con los que tenían contacto, y así comenzar a extender la red de conexiones. El interés fue tan inmediato y rotundo que en dos días formó un grupo virtual en Whatsapp  con más de la mitad de sus antiguos compañeros.

El grupo estalló inmediatamente en una actividad incesante. Los mensajes comenzaban a las 6:30 de la mañana y seguían hasta pasada la medianoche. Era de locos! Cuando Vilma se desprendió de su teléfono para ir a cenar, se encontró con más de 300 mensajes al reconectar! Compartían fotos de la escuela, recordaban los nombres de las maestras y en qué grado las habían tenido. Recordaban las travesuras y los desafíos que atravesaron en primer grado, las risas disimuladas cuando no podían cantar correctamente el himno nacional, y tantas otras anécdotas. A medida que se iban sumando compañeros al grupo, surgían preguntas sobre aquellos de los que no tenían noticias. Resolvieron encontrarlos para contarles que planeaban realizar el encuentro tan ansiado, y se organizaron como voluntarios para localizar a los “perdidos”.

Del grupo de compañeros, la que vivía más lejos era Laura, que hacía más de 30 años estaba radicada en Washington, DC, EEUU. La trajo una notable casualidad: ya tenía planeado un viaje relámpago a Rosario para asistir a la reunión de sus compañeros del secundario. A partir de ahí, todo se precipitó. El reloj comenzó a volar, había que encontrar a la mayor cantidad posible de compañeros y organizar el encuentro en solo 4 días! Involuntariamente Laura contribuyó en ponerle una fecha fija al evento, y así facilitar que la iniciativa de juntarse no quedara sólo en el deseo.

Sergio, viviendo en Río Grande, Tierra del Fuego pudo viajar gracias a que se abrieron dos pasajes de avión a último momento. Una serie de casualidades debieron darse para que llegara al encuentro.

Pablo no tenía presencia en redes sociales así que encontrarlo fue todo un desafío. Primero localizaron a su hijo en Facebook. De ahí se supo el nombre de su mamá (la esposa de Pablo). Luego buscaron a la familia de la esposa en la guía telefónica hasta encontrarla en Salta. Para felicidad de todos, Pablo los sorprendió comprando pasajes de micro. ¿Quién viaja 16 horas desde Salta para llegar a una fiesta y luego, ese mismo día, emprender el mismo largo viaje de regreso??

Algunos compañeros fueron difíciles de encontrar incluso usando las redes sociales. Para encontrar a José, solo se pudo obtener una dirección, y armados con esa escueta información, Omar se presentó en su puerta.

De Rita sólo se sabía en qué barrio supo vivir. Encontrarla requirió llamar a un plomero de la zona para conseguir el número de la encargada del edificio, y así a través de una prima de la encargada, que lleva a su hijo a la misma escuela a la que asiste la nieta de Rita, se consiguió el número de ella.

El grupo hervía de entusiasmo. Si había cosas que abundaban eran la ansiedad y la buena predisposición de todos. Decidieron reunirse en un club o camping porque en un restaurante la gente solo habla con los 4 o 5 que tiene al lado, y porquepodían pasar todo el día y no solo unas horas.

La semana previa al encuentro despertó en cada uno emociones que nunca habían conocido. El grupo estaba más ansioso que niños esperando regalos de Navidad! Cientos de mensajes entusiasmados con propuestas ayudaron a preparar cada detalle del evento, que se definió con las maravillosas ideas de Gabriela, Rosana, Susana y Griselda.

Alicia se encargó de lo emotivo (y de lo práctico). Armó un hermoso mural con fotos actuales de los compañeros y sus nombres, y preparó una poesía para leer.

Muchos sentían que los astros estaban alineados para que se pudieran reunir. Literalmente no hubo obstáculos.

Finalmente el domingo 4 de septiembre, después de 47 años, los chicos  volvieron a encontrarse en el Camping del Club Garibaldi, que fue el lugar escogido.

No todos los que estaban en el grupo pudieron llegar a la reunión. Marisa  participó por videollamada. Con tan poco tiempo de preaviso, había compromisos impostergables. De cualquier forma, 25 ex-alumnos se hicieron presentes.

Invitaron a todas las maestras que pudieron localizar en la zona, que fueron las de quinto, sexto y séptimo grado, y la de música. Compraron regalos para ellas y para quienes viajaron desde lejos, y pasaron un día único e inolvidable. En palabras de uno de ellos: “Fue como si recién saliéramos de la escuela y hubiéramos venido acá”.

Toneladas de sentimientos y emociones se volcaron ese día, cientos de fotos se agregaron al grupo de cada uno de los participantes, y ya se habla de próximas reuniones. 47 años y el cariño de todos con todos sigue intacto.

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