El geriátrico del horror no es el título de una película de terror. Existe y está ubicado en la calle French en Fray Luis Beltrán. Ayer, funcionarios del municipio de la vecina localidad junto a la policía actuaron tras una denuncia anónima que hablaba del mal estado del lugar y se encontraron con escenas de espanto con abuelos con sarna, lastimados y en pésimas condiciones de higiene.

Las imágenes son irreproducibles. Una abuela yace en una cama cubierta con un nylon en el colchón. Su pecho está lastimado, una herida le supura y no recibe atención médica. Otra pide por favor que no la abandonen, otra abuela les cuenta a los funcionarios que en el geriátrico les pegan. Las historias de horror se repiten una y otra vez.

Habitaciones con ropa tirada por todos lados, apiladas en sillas, 12 camas para 14 abuelos, cables de electricidad colgando sin protección, pastizales altos, una cocina en pésimo estado de higiene, los abuelos tienen sarna y no están ni siquiera aseados y se ven hacinados; son algunas de las tantas irregularidades que se encontraron en una casa de calle French al 500.

Es el mismo geriátrico que supo estar en Puerto Gral. San Martín bajo el nombre de San Onofre que debió ser desalojado en el mes de mayo, porque hacía más de dos años que no pagaban el alquiler. Luego se trasladaron a Capitán Bermúdez por un tiempo y hace una semana se mudaron a Fray Luis Beltrán.

“Algunos vecinos donde está ubicado el geriátrico nos anotician que venían llegando taxis con abuelos y no se retiraban, escuchaban llantos de los abuelos y constatamos que no tenían ninguna habilitación por comercio”, señaló Mariana Córdoba, secretaria de gobierno del municipio.

La funcionaria contó que la situación de los abuelos era deplorable: “era un estado tremendo, se constató que había 14 abuelos, el geriátrico no tenía habilitación, tampoco permiso del ministerio de salud de la provincia, no había condiciones de seguridad, de limpieza, los abuelos estaban abandonados, la secretaria de salud constata que los abuelos tenían sarna, moretones, estaban deshidratados y había  sangre”.

Los abuelos debieron ser reubicados en otros geriátricos, mientras otros fueron restituidos a sus familiares. En algunos casos, fue más difícil encontrar a sus familiares porque se encontraban fuera de la provincia o en el exterior del país.

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