Empresa de asientos única en el país vende sus máquinas para pagar indemnizaciones tras el cierre

La única fábrica de asientos de bicicletas del país no pudo sostenerse estaba ubicada en Carrrizales (Clarke) tuvo que cerrar a principios de mes por la crisis económica del país y su propietario vende las máquinas para poder pagarle la indemnización a sus empleados.

La fábrica de asientos “Miguelito”, fue noticia nacional la semana pasada, tras conocerse la decisión de cierre tras 56 años. “Es una impotencia terrible para mi abrir este galpón y ver que ya no es una fábrica. Fábrica era cuando había gente trabajando, desarrollando un producto”, expresó con angustia ante los medios, Rogelio Bella, dueño de la empresa que debió dejar 12 familias en la calle.

“Escuchar a esta gente me estruje el corazón”, comentó en referencia a los trabajadores, “algunos de más de 30 años” de antigüedad. “Cuando hablé con los empleados, le tuve que decir a mi padrino que lo dejaba sin trabajo”, indicó.

La empresa familiar comenzó en 1968 por el sueño de su abuelo, luego fue continuado por su padre hasta que le llegó el turno a Rogelio de ponerse al frente. “Éramos una gran familia de laburo, siempre se pensó así la empresa, como una generadora de primeras oportunidades para pibes del pueblo”, señaló Bella.

Lo que provocó esta situación fue un agravamiento de la crisis económica que desde hace casi una década comenzó a golpear con fuerza a esta pyme familiar. “Cierro porque no puedo más. Las pymes industriales venimos desde el 2015 siendo castigadas de una manera brutal”, dijo a Radio 2

La “apertura indiscriminada de importaciones y el aumento exponencial de los costos de la materia prima, fue otro de los factores que provocaron el cierre de la pyme santafesina: “Nosotros pagamos entre 3 y 4 veces más –por los insumos– de lo que paga un chino o un brasilero”, sostuvo.

“Entre mediados de 2022 y principios de 2023 la situación empezó a volverse totalmente mediocre”, indicó el hombre, y enfatizó en que las importaciones les hicieron difícil sostener su negocio, a pesar de tener clientes desde Salta hasta Santa Cruz y de haberse instalado como un proveedor de confianza en el sector.

Ahora, Bella publicó las máquinas por internet para poder venderlas y pagarles la indemnización a los empleados, entre ellas, balancines, una inyectora, troqueladoras, entre otras.

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