Una importante jornada se desarrolló este martes en el debate oral y público contra la supuesta asociación ilícita liderada por Esteban Alvarado. Declaró un secretario de un juez federal, un agente de inteligencia retirado y uno de los policías absueltos en la causa Los Monos.
Una importante jornada se llevó adelante este martes en el juicio contra la presunta asociación ilícita liderada –según la acusación– Esteban Lindor Alvarado. Por un lado, uno de los secretarios del Juzgado Federal N° 4 de Rosario afirmó que a Alvarado “se lo investigó por lavado de activos, pero no por droga” hasta 2020, cuando se avanzó en la causa por transporte de 493 kilos de marihuana al sur del país. Por otra parte, el comisario retirado Gustavo “Gula” Pereyra aseveró que en 2015 le pidieron 20 mil dólares en un juzgado a cambio de no detenerlo en el marco de la causa Los Monos, en la que finalmente resultó absuelto.
El primero de los testigos en realizar una declaración testimonial fue Gustavo Darío Guazzaroni, del Juzgado Federal N° 4 de Marcelo Bailaque que procesó a Alvarado por el traslado de casi 500 kilos de marihuana, en la que ya fueron condenadas cuatro personas por la Justicia de Río Negro. Sin embargo, fue consultado por investigaciones que existieron sobre Alvarado que no fueron profundizadas.
“Había muchas causas de droga acumuladas de Alvarado. No recuerdo cuántas. La de transporte (que está en juicio en este momento en la Justicia Federal de Rosario) venía del Juzgado N° 3”, comenzó Guazzaroni.
Además, agregó: “En trámite solo había una de lavado. La causa que se quería acumular era la de lavado a la de droga. Bailaque dice que ese era el objeto, el lavado”.
El “servilleta” cordobés que tiró pistas
El segundo testigo fue un agente retirado de inteligencia de Córdoba que sirvió de utilidad para la Fiscalía para afirmar que había iniciado la investigación que culminó en 2009 en esa provincia con la condena de cinco narcotraficantes, entre ellos, Gustavo Ramos, medio hermano de Esteban Alvarado. En esa extensa declaración, el uniformado retirado en 2014 aseguró que Alvarado comenzó con el tráfico aéreo de drogas en 2007 con avionetas que venían desde Paraguay.
El tráfico aéreo es actualmente materia de investigación por la Justicia Federal, que el pasado mes hizo allanamientos contra Fabián Gustavo Pelozo e Ignacio Quintana, personas cercanas a Alvarado que están bajo la mira por cargamentos provenientes de Salta. Esos operativos fueron hechos en el marco de la causa por el triple crimen de Ibarlucea, ocurrido en enero tras una boda narco.
El “Gula” le puso pimienta
Por último fue el turno del comisario inspector retirado Gustavo Daniel “Gula” Pereyra, quien resultó absuelto como miembro de la banda de Los Monos. Asintió al contenido de cada uno de los correos electrónicos que envió en 2012 a sus superiores de la Secretaría de Delitos Complejos (Ana Viglione y Andrés Ferrato) donde informaba por orden de ellos movimientos de policías y de bandas narco, entre ellas, Los Monos y Alvarado.
Viglione y Ferrato luego fueron enviados a juicio por falso testimonio, ya que negaron ante la Justicia haber dado tales instrucciones a Pereyra, quien luego exhibió documentación que respaldaba su afirmación de que había hecho por pedido de ellos tareas sobre narcotráfico y policías. “Son dos mentirosos. Y Viglione actualmente está de asesora en Seguridad en el bloque socialista en Diputados, mientras Ferrato es profesor en la escuela de cadetes de policías de Recreo”, apuntó.
“A mí en la causa Los Monos me acusaron de pasar información y de tener relación con Monchi Cantero. Yo no pasé información de nada y se vio en el juicio, como tampoco pudieron mostrar una sola comunicación mía”, indicó.
Pereyra señaló que tras ser detenido por orden el juez de Instrucción (en el viejo sistema procesal penal) Juan Carlos Vienna, el propio magistrado le dio la libertad en diciembre de 2013 y en febrero de 2014 la falta de mérito.
El comisario retirado remarcó que después el camarista Daniel Acosta “sin tener en cuenta el contenido de los mails enviados” revocó la falta de mérito. “En 2015 me llega un personaje como el «Chino» Martín que tenía relación con la jueza Alejandra Rodenas. Yo con ella nunca hablé. Él me pidió una suma de dinero para que no me vuelvan a detener”, expresó.
Cabe aclarar que no hay evidencia sobre la concreción de ese ofrecimiento más allá de la mención del propio testigo, que él mismo aclaró que no se hizo el pago.
“«Chino» Martín Me pedía telefónicamente 20 mil dólares para que yo no caiga detenido nuevamente. Yo ahí ya había estado procesado de nuevo. Yo me negué. A los pocos días, en septiembre, Rodenas dicta el procesamiento con prisión preventiva como parte de la banda de Los Monos”, amplió y precisó sobre el presunto intermediario: “Él me decía que tenía conexión con Rodenas y que tenía una revista de turf en el Hipódromo”.
El “Gula” también dedicó parte de su testimonial a la División Judiciales de la Unidad Regional II que funcionaba por entonces, a quienes investigó por órdenes superiores. “Iban a buscar una bicicleta, pedían orden de allanamiento y se encontraban con un búnker. Lo mismo con una moto o para detener a una persona. El comendario que yo decía interno era que nadie se daba cuenta que querían aumentar la recaudación”, sostuvo.
“Durante mi función me puse en contacto con un comisario de San Javier que me decía que en 2010 la Brigada Operativa de Judiciales tenía escuchas telefónicas de Lotito y Quevertoque (condenado como miembro de la banda de Alvarado) donde bajaban una avioneta en la zona de Helvecia. Que habían pasado la información a Asuntos Internos y había quedado en la nada”, comentó.
También señaló que “todo confluía en San Lorenzo, tanto los vehículos como la droga. Tenés a Makhat, Di Franco, Paz, que recibieron lotes de Alvarado a modo de compensación. Es más, tenían el mismo constructor y maestro mayor de obra. El que hacía las comunicaciones y los pagos era Makhat. De los tres que menciono, Paz está retirado y los otros dos están condenados ahora en esta causa”.
“Cuando yo estaba detenido salió en La Capital dos domingos seguidos un informe del Delfín Zacarías sobre un complejo deportivo en San Lorenzo y una casa. Las fotos son las mismas que yo tenía en mi computadora. Si hacen una pericia se van a dar cuenta. Después a Zacarías lo detuvieron las fuerzas federales y Berni, nadie de la provincia. Acá no detuvieron a ninguno importante”, aseveró.
Al comienzo de su declaración, recordó su paso por la Policía de la provincia, principalmente en el Comando Radioeléctrico y como superior en la Agrupación Cuerpos, donde llegó a ver un compañero que en barrio Tablada fue a buscar plata “de los búnkeres que era para arriba” después de dos balaceras ocurridas el 22 de septiembre de 2011. Aseguró que a ese agente pidió echarlo, pero supuestamente no lo hicieron sus inmediatos jefes “porque no tenía relevo”.
Luego, rememoró una persecución policial a un sospechoso en moto que disparó en el medio a un patrullero. Ese operativo, según contó, terminó en barrio 7 de Septiembre, a pocos metros de la subcomisaría 21ª, con el agresor detenido. Ese demorado resultó ser Gustavo “Aguja” Cárdenas, que tenía prontuario con dos apellidos distintos, quien ofreció 20 mil pesos para su liberación, y luego aumentó la cifra a 30 mil cuando vio que Pereyra se negaba a dar el visto bueno. Añadió que en un primer momento, un oficial del Comando Radioeléctrico lo confundió con el famoso narco de ese barrio, el “Tuerto Boli”. Allí, “Gula” enfatizó que después de ese procedimiento dejó “de ser superior de servicio para quedar a cargo de la seguridad de la Fiesta de las Colectividades” por orden de Cristian Sola, por entonces subjefe de la Policía provincial, segundo de Hugo Tognoli.
Pereyra contó que después fue sacado de servicio hasta que lo enviaron de inspector de zona a Cañada de Gómez hasta 2012, cuando fue convocado por Ana Viglione para la Secretaría de Delitos Complejos, cuyo subsecretario era Andrés Ferrato.
Rosario 3
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