Héctor Del Castillo murió esta mañana tras un severo golpe en la cabeza el pasado domingo cuando fue detenido por personal policial del comando radioeléctrico de San Lorenzo por encontrarse en estado de ebriedad. Estaba internado en el HECA en coma y y su familia busca respuestas.
El hombre de 45 años, murió esta mañana tras encontrarse internado en terapia intensiva en el Hospital Clemente Álvarez de Rosario. Su estado era crítico, tenía fiebre alta y los pronósticos no eran alentadores con respecto a que pudiera salir con vida.
Su familia descree de la versión oficial; según los policías, Castillo, oriundo de Puerto General San Martín fue trasladado de la vía pública en estado de ebriedad para resguardar su estado físico y psíquico y al momento de solicitar una ambulancia, el hombre se resbala y cae en el ingreso al comando radioeléctrico.
“El servicio médico que lo atiende observa que tiene un golpe bastante fuerte en su cráneo y se realiza el traslado. Tenía un golpe previo de varias horas, al momento de verlo en la vía pública ya tenía ese golpe y con el correr de las horas se agravó. El se cae también en jefatura, pero el golpe fuerte es previo”, expresó a Pregón, el jefe de la URXVII, Gonzalo Paz.
Pero la familia señala que la policía se comunicó doce horas después de que se encontraba internado en grave estado, y están destrozados. “Sabemos que mi papá no se cayó que a mi papá le pegaron”, señaló Erika a Pregón, la hija de Héctor quienes buscan explicaciones ante el dolor por la pérdida de su papá.
“Hay 12 horas en las que no sé qué pasó. Voy al Heca y cuando vuelvo a San Lorenzo paso por la Policía de San Lorenzo y me dicen que mi hermano fue levantado en la vía pública a las 8.30 aproximadamente, en estado de ebriedad. Pero mi hermano salió bien de mi casa. Él tomó pero no para estar tirado en el piso”, reconstruyó el camino de su hermano Claudia, había señalado días atrás la hermana de Héctor al diario El Ciudadano.
Claudio había salido a juntar latitas ese domingo, que le generaba unos pesos extras. Había perdido un ojo cuando lo asaltaron y le pegaron un culatazo en el ojo. Hoy la familia busca respuestas ante un probable caso de violencia institucional policial.
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