No impongan sus creencias a nuestros derechos

Por estar a favor de la legalización del aborto,  el sacerdote sanlorencino Sergio Tofful nos insultó a través de Facebook.

Nuestro querido diario Pregón cumplirá 50 años este próximo 11 de octubre, no es un dato menor, que este periódico ha atravesado momentos claves de nuestra historia local y nacional. No es ajeno a nosotras, quienes hoy como mujeres feministas atravesamos este histórico momento en el cual el Senado decidirá sobre la legalización del aborto, un derecho que consideramos necesario para que el Estado garantice políticas públicas de salud para las mujeres y así evitar las muertes en abortos clandestinos.

Nuestra postura ha sido clara desde el principio: queremos el el aborto sea ley , seguro y gratuito. Y queremos que sea legal, porque no queremos que siga siendo penalizada una mujer por no querer maternar. Queremos que sea seguro, porque vemos noticias a diario de mujeres que mueren por abortos caseros, o que terminan en hospitales o clínicas con graves consecuencias por intentar practicarse abortos y queremos que sea gratuito, porque vemos enormes diferencias entre las mujeres que se realizan abortos en clínicas privadas porque pueden y mujeres que no tienen los recursos económicos para afrontarlos, beneficiando a clinicas privadas, médicos y vendedores de misoprostol en el mercado negro o por internet.

Nuestro apoyo a la Campaña por el aborto legal, no comenzó este año, hemos participado en numerosas actividades como la presentación del protocolo de abordaje para periodistas, disertaciones en el anexo de la Cámara de Diputados, y actividades en Rosario y en Capital Federal, por lo que no pueden acusarnos de oportunistas. Sin embargo, en años anteriores no hemos sido atacadas con la magnitud que lo hemos sido ahora.

Desde insultos, agresiones verbales a través de nuestros canales de comunicación, nos han tratado de asesinas, putas ( como si se tratase de un insulto), pero lo que ha pasado en las últimas semanas nos ha excedido como personas y como periodistas.

Salir a la calle con un pañuelo verde atado a la mochila significa recibir desde cuchicheos hasta insultos de parte de quienes no aceptan que haya una línea de pensamiento que no esté a favor de la clandestinidad en la que desde tiempos inmemoriales se practican abortos.

Estamos convencidas de que no se puede legislar desde las creencias personales, desde la religión que cada uno abrace. Las políticas de estado tienen que ver con el bien común, no con lo que a cada uno le guste o no. La legalización del aborto es una cuestión de derechos, de salud pública, de igualdad.

Por eso, es inadmisible que personas que tienen una investidura y abrazan un credo como el sacerdote Sergio Tofful nos insulte. Como cuando días atrás, se comunicó con una de nosotras para agredirnos, en una actitud realmente despreciable. Parece que al “padre” no le gustaron los posteos en nuestras redes sociales. Coincidentemente, ese día escribimos acerca de la separación de la iglesia del estado.

Más allá de nuestras creencias religiosas o personales, nada justifica que un sacerdote nos insulte. Se supone que su rol es otro. ¿Y la comprensión, el entendimiento, el amor al prójimo que pregonan desde el púlpito?

Bienvenido el debate, el intercambio de opiniones, pero desde el respeto. Un cura no es la iglesia, como tampoco algunos practicantes de la religión evangelista son el credo que profesan, esos que se llenan la boca llamándonos asesinas por querer que dejen de morir mujeres en abortos clandestinos.

Los insultos y las amenazas, lejos de amedrentarnos, nos fortalecen para seguir adelante en nuestro camino de apoyar a quienes lo necesiten, de trabajar por una sociedad más justa e igualitaria, porque de eso, también se trata el periodismo.

Hoy 8 de agosto nos encontramos en el Congreso, pero también en en las redes y en las calles y plazas de cada provincia del país y del mundo. Porque hoy es el día en que nuestros representantes decidirán si votan o no en favor de los derechos de las mujeres y las personas gestantes.

Tomamos como propias, las frases de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito: “Exigimos un texto que garantice el acceso a derechos. Porque es una obligación del Estado legislar para todas las personas, incluso para las que decidimos abortar. Exigimos la Ley. Por nuestras vidas y por el reconocimiento de nuestra soberanía”.
“Logramos tocar las puertas del Congreso, entrar, que se escuchen nuestras voces y argumentos y contagiar a nuestros representantes de una lucha que pertenece al movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans y feminista; y eso es inédito e histórico. Construimos poder popular. Somos masivas. Disputamos, dialogando, la forma en que queremos que se hable sobre nosotrxs en las normas y las instituciones”.

Estamos marcando una época y cambiando con nuestro paso, la política nacional. Ese es nuestro logro. Logramos la despenalización social, ¡vamos por la Ley!
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