Un experto en perros de rastro y un testigo que dijo ver a Paula Perassi durante la última jornada de juicio

Hoy se llevó a cabo el último día de la ronda de testigos en el juicio oral por la desaparición de Paula Perassi que se desarrolla en el Centro Penal de Justicia de Rosario.

El miércoles 24 comenzarán los alegatos de clausura (cierre) en el que las partes tendrán una hora de reloj para exponer ante el tribunal los fundamentos por los cuales consideran que la resolución final debe responder a sus intereses. Se espera que la próxima semana exponga la fiscalía, la querella y cada una de las defensas técnicas de los acusados, en lo que sería el paso previo a la lectura de la sentencia que se espera sea la primera semana de mayo.

En la decimoquinta jornada de juicio, declaró Mario Rosillo, un médico veterinario especializado en odorología forense, una técnica que se basa en el trabajo efectuado en los campos de memoria olfativa de los perros los cuales son empleados a los fines de descubrir o esclarecer los hechos delictivos como de detección de rastros humanos.

Rosillo, señaló que trabajó en 309 casos de importancia a nivel nacional de identificación humana en escena, como el secuestro de Cristian Schaerer en Corrientes en el año 2003, o el homicidio de Atahualpa Martínez Vinaya a quien el 15 de junio de 2008 asesinaron de un tiro en la espalda en las afueras de Viedma, Río Negro.

En este caso puntual, Rosillo fue consultado por el Dr. Néstor Oroño ( defensa María José Galtelli) sobre la odorología: “con los perros tenemos el 100% de eficacia en la identificación humana”.

“Me formé en el FBI con perros de raza Bloodhound, que es es una raza de perro que ya tiene incorporado en su cerebro o memoria la búsqueda de olor humano, el perro va a tomar el olor de la víctima de referencia y hace rastros con la nariz al suelo o  venteando “, explicó el veterinario.

Para  la defensa de Darío Antonio Díaz, empleado de Gabriel Strumia y señalado como coautor del aborto seguido de muerte de Paula Perassi, lo relevante era que como especialista, Rosillo, explicara el trabajo que realizaron los perros en la casa de la mano derecha de Strumia, en Timbúes.

El veterinario  respondió sobre un vídeo incorporado por la defensa (Rearte-Morosano) y que fue mostrado en la sala de audiencia, en la que se observaba la tarea de “Huesos”, el can de raza Bloodhound que buscó rastros de Paula Perassi en el vehículo y en la casa de Díaz.

Rosillo señaló que 87 días después de la desaparición de Paula Perassi es mucho tiempo para detectar olores, las células son inexistentes, por lo que no se podrían encontrar rastros de la mujer en el automóvil de Díaz: “no se encuentra nada, por que suben otras personas, se abren puertas”.

En contradicción con lo declarado oportunamente por los testigos Cárlos Dávola y Analía Giménez quienes señalaron que el can encontró rastros de Paula en el viejo bar de Timbúes, la casa de Darío Antonio Díaz y en una garita de colectivos sobre ruta 11. :

“No está siguiendo el rastro de una persona sino de la orina de otro perro, ha captado compuestos de otros perros”, y añadió que de ninguna manera el perro detectó rastros humanos en el patio del chofer de Strumia como tampoco en el auto.

También criticó la forma en que los policías realizaron el trabajo con el can: “le dicen demasiado la palabra busque, y el perro se concentra en evacuaciones orinarias del predio y no de otra persona”.

Los abogados de la defensa de Strumia-Michl interrogaron a Rosillo sobre un dictamen que habría realizado tras observar el trabajo del perro en el Viejo Bar de Timbúes y en el auto  de Darío Antonio Díaz.

Al respecto dijo que el procedimiento de búsqueda está fuera de tiempo y que si el auto se abre y se cierra no es posible que queden escamas.

 

Testigo reacio

Adrián Rolón, un ex  empleado del correo, quien supo también  tener un taller mecánico y que aseguró haber visto a Paula Perassi. Un hombre reacio a declarar, negó haber firmado una declaración suya anterior ante la Unidad Regional 17.

Rolón contó que conocía a Paula porque su taller estaba ubicado a una cuadra de su casa, y que días después de su desaparición el 18 de septiembre, el hombre la había visto arriba e una moto: “Yo iba en bicicleta y pasó una chica enfrente de mí y me pareció, me pareció que era ella, no sé si era ella.  Se movilizaba en una moto”.

Sin embargo, cuando la defensa de Strumia y Michl le consultaron sobre la declaración que había realizado en la policía, este negó haberla formulado ante la policía, por lo que los abogados le mostraron el acta firmada por él con fecha 24 de octubre de 2011, cuando el hombre alegó que circulaba con su bicicleta por avenida San Martín a la altura de calle Francia y se cruzó con Paula Marcela Perassi, quien circulaba en una motocicleta color negra y llevaba el cabello atado con un rodete al costado.

“Yo no tuve ninguna entrevista. No, no fue así, no le dije a nadie más que al padre, pero no fue así”, se limitó a responder. Rolón contó que cuando le pareció ver a Paula se lo fue a contar a Alberto Perassi: “No sé muy bien la fecha, salía de mi taller, llego a mi casa y en ese tiempo vivía mi suegro y veo en televisión y le digo: qué suerte que la chica volvió y mi suegro me dice: no, está desaparecida. Entonces me acerco al taller de Perassi y me pongo a hablar con él y le pedí que por favor me diera el teléfono, porque si yo veía a la chica, como soy soy padre de tres chicas, lo iba a llamar”, contó en forma muy escueta, Rolón.

 

 

 

 

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