En medio de la conmoción que provocaron las denuncias de abuso sexual en el mundo artístico generando todo tipo de repercusiones y enérgicos repudios, en la ciudad de San Lorenzo salió a la luz un hecho aberrante de abuso infantil: el de un padre de 57 años detenido e imputado por violar sistemáticamente y dejar embarazada a una de sus 12 hijas biológicas, y con serias sospechas de cometer los mismos vejámenes contra nueve de sus otras niñas, todas convivientes.
La sociedad sigue movilizada luego del crudo relato de la actriz Thelma Fardín, quien denunció públicamente el martes que fue violada, cuando tenía 16 años, por el actor Juan Darthés. El hashtag “#mirá como me pongo” generado por los colectivos de mujeres para viralizar, repudiar y concientizar acera de estas situaciones tapizó las redes sociales y los portales de noticias.
Pero tres días antes, en los Tribunales provinciales de San Lorenzo, se trataba un hecho de abuso sexual infantil escalofriante. Luego de tres meses de una compleja investigación, una joven de 22 años pudo correr la densa cortina de terror que cubrió su vida y denunció que su padre la violaba desde que tenía uso de razón.
El inicio
Por razones obvias en esta nota se preservan algunos datos de las víctimas y su contexto. Pero se puede afirmar que el horror se instaló durante años puertas adentro de una casa de Capitán Bermúdez, donde Carlos V., de 56 años, convivía con su mujer y sus 14 hijos, dos varones y doce mujeres, 11 de ellos biológicos.
Con mucho trabajo para que la víctima pudiera salir del espanto y poder exteriorizar su sufrimiento, en 2017 se formalizó la denuncia. Sin embargo un fiscal la desestimó. Un dato que pone de manifiesto la disparidad de criterios que subsiste entre los actores del sistema penal a la hora de asistir la problemática.
Aunque no trascendieron los argumentos de esa decisión, la víctima acudió al Centro de Asistencia Judicial (CAJ) donde le brindaron asesoramiento, y la pusieron al tanto de que existían instancias de revisión que le permitían reactivar le denuncia. Entonces, la carpeta judicial quedó bajo evaluación del fiscal regional Patricio Serjal, quien en octubre decidió reabrir el caso y reasignarlo al fiscal de San Lorenzo Maximiliano Nicossia.
Con una caso social complejo por delante, una de las primeras medidas que impulsó el funcionario fue convocar al gabinete interdisciplinario del Ministerio de Desarrollo Social y de la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de la provincia.
Tras dos meses de un trabajo conjunto con la Policía de Investigaciones (PDI) se dio con el domicilio del sospechoso, que hasta hace pocos días caminaba impunemente por la ciudad y convivía con víctimas a su merced, totalmente desamparadas.
Método de terror
Como suele ocurrir, por lo padecido y en medio de un cuadro de perverso pacto del silencio que construyó el agresor, en primera instancia las víctimas negaron los hechos, pero la tarea de los psicólogos les permitió lentamente armarse de valor para verbalizar la pesadilla sufrida.
Según algunos aspectos develados durante la investigación, se estableció que toda la familia estaba sometida, hostigada y dominada por el “dueño” de casa. En ese contexto ninguno de sus integrantes se atrevía a denunciar lo que ocurría, pero todos estaban al tanto, incluso la madre de las chicas. Como estrategia para atemperar ese cuadro dramático e impedir más abusos, los hermanos varones se turnaban para proteger a las nenas mas pequeñas, que hoy tienen entre 7 y 16 años.
Luego de varias entrevistas, las víctimas narraron que fueron abusadas sistemáticamente por su padre. Una de ellas, hoy de 22 años, confesó que sufrió los vejámenes desde niña, adentro de la casa y también en obras en construcción donde se desempeñaba el acusado.
Tan es así que como consecuencia de una de las violaciones, a los 17 años quedó embarazada y tuvo un hijo. “Abusó de casi todas sus hijas biológicas. La investigación se inició en 2017 y costó mucho que se animaran a expresar lo que padecieron. Al día de hoy están con abordaje psicológico del gabinete interdisciplinario de Fiscalía”, explicó a La Capital el fiscal Nicossia.
El funcionario confirmó que el abuso gravemente ultrajante respecto de la hija que quedóó embarazada fue constatado a través de estudios médicos y pericias biológicas ordenadas para estas circunstancias. Pero en la investigación se acumulan serios indicios de que atacó sexualmente a otras nueve de sus hijas, muchas de ellas menores.
Revelaciones de horror
Cuatro de las hermanas se animaron a denunciarlo, mientras se asiste al resto para que puedan develarlo. “Me despertaba a la noche porque mi papá me estaba practicando sexo oral”, fue una de las espantosas revelaciones que hizo una de las nenas en las entrevistas con los profesionales. Al otro día, durante el desayuno, el hombre la miraba fijo a los ojos de modo amenazante e imperativo para que callara. Ese vínculo de dominación que establecía con sus hijos llegó a tal punto que por miedo a que lo denunciaran, el ahora imputado dejó de trabajar durante un año. Obsesionado, en ese lapso perseguía en la calle a sus hijas.
“La realidad familiar en la que estaban inmersos era aterradora, por eso tenían miedo a denunciarlo”, describió el fiscal, que además solicitó apoyo de sus pares de la Unidad de Delitos Sexuales de Rosario para el cuidado y atención psicológica de las víctimas.
Imputación
Una vez que se logró la detención del imputado se realizó una audiencia imputativa en San Lorenzo ante el juez Juan José Tutau. En esa instancia el fiscal le imputó siete hechos de abuso contra las víctimas: abuso sexual simple agravado por ser un ascendiente y por cometerlo contra un menor de edad aprovechando la situación de convivencia; y el mismo delito pero con acceso carnal, todos en concurso real.
El juez aceptó la calificación fiscal y ordenó la prisión preventiva para el imputado. Mientras, la investigación no se detiene. Cuatro de las hermanas de la víctima principal ya formalizaron denuncias del mismo tenor, pero ante la sensibilidad de los hechos sus testimonios se producen en un marco de contención y asistencia psicológica.
A partir de cómo se consoliden esas evidencias, más el resultado de los exámenes médicos y biológicos, desde la Fiscalía se remitirán los informes al equipo interdisciplinario para poder ratificar las versiones, y a partir de ese momento se realizaran los estudios médicos forenses que corresponden para estos casos. No se descarta que en los próximos días se amplíe la imputación por otros abusos del padre hacia otras de sus, que tienen entre 7 y 24 años.
Por resguardo
Desde el juzgado de San Lorenzo ordenaron medidas excepcionales que solicitó la Subsecretaría de Derechos de Niñez, Adolescencia y Familia respecto de dos hijas del acusado. Serán excluidas del hogar para resguardarlas, mientras se evalúa quitarle la custodia a la madre, porque que se sospecha que siempre estuvo al tanto de los abusos.
La Capital
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