Esta semana se cumplieron tres meses desde que la firma agroindustrial Vicentin entró en default con una deuda estimada en alrededor de u$s1.300 millones. Además, en las últimas horas se conoció que también incumplirá con el pago de servicios de un fideicomiso financiero destinado a la prefinanciación de exportaciones por un total de u$s50.000.
Vicentin, una de las mayores procesadoras y exportadoras de granos de Argentina, entró en estrés financiero en diciembre del año pasado a partir de no pagar una deuda de u$s1.350 millones a proveedores y entidades financieras, de los cuales u$s350 millones corresponden a pasivos con acreedores granarios.
Concretamente, la comunicación oficial a la Comisión Nacional de Valores (CNV) vino de la mano de la firma TMF Trust Company en su carácter de fiduciario del Fideicomiso Financiero Vicentin Exportaciones VIII. TMF además informó que la firma agroindustrial no cumplió con un embarque de mercadería que debía concretarse antes del 29 de febrero pasado.
“Se comunica a los tenedores de valores fiduciarios que no se efectuará el pago correspondiente al 6 de marzo próximo”, explicó TMF. Aclaró además que la medida se adoptó “en virtud de la nota de Vicentin informando que, por razones legales, no podrá cumplir definitivamente con el embarque de las mercaderías bajo los contratos de exportación afectados que debía haber efectuado con anterioridad al 29 de febrero último”.
Los analistas del sector opinan que esta maniobra de incumplimiento por parte de Vicentin era previsible. Incluso desde la firma fiduciaria intentaron acercar posiciones con la agro exportadora pero ésta no les brindó soluciones porque pretende incluir a los inversores de este fideicomiso dentro del concurso de acreedores que solicitó a la justicia comercial y que todavía en la práctica no ha sido abierto.
Mientras tanto la compañía comandada por Alberto Padoan y Gustavo Nardelli insiste en cerrar un acuerdo extra judicial con sus proveedores de granos a quienes le debe un total de u$s350 millones y pretende una quita de deuda del 50% para pagar al contado o fijar plazos de pago que pueden llegar hasta los ocho años.
Ayer además, la firma dejó trascender en forma extraoficial que la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), a quien le debe alrededor de u$s100 millones, estaría cerca de aceptar su propuesta de pago.
En paralelo, desde el sector productivo señalan que ACA -una cooperativa que nuclea a más de 50.000 productores- está acorralada por el default de Vicentin y a esta altura, luego de tres meses de cesación de pagos, no le quedarían más opciones que aceptar su propuesta de pago.
En tanto, los acreedores expresaron su preocupación porque a pesar de la gravedad de la situación, los dueños de Vicentin continúan desaparecidos de la escena pública e incluso desde la presentación del pedido de concurso de acreedores, su directorio no volvió a emitir un solo comunicado explicando el panorama y cuáles serán los pasos a seguir.
Tampoco genera buen clima el accionar de un grupo de voceros de la firma, que se encargan de sembrar trascendidos y aclaraciones desde el anonimato que poco suman para esclarecer el caso.
Por su parte, también esta semana, Claudio Lozano, director del Banco Nación, presentó un informe respecto a la situación de la empresa y el crédito que tomó con la entidad pública durante la gestión anterior, destinado a la prefinanciación de exportaciones y que hoy suma cerca de u$s18.3000 millones.
El funcionario también destacó que la investigación continúa y que trata dilucidar si hubo una “irresponsabilidad” o “maniobra delictiva” por parte de Vicentin y el presidente de la entidad en ese entonces, Javier González Fraga. Lozano denunció que la firma tenía “un trato privilegiado” en el Banco Nación gracias a su contactos políticos.
Fuente Ámbito
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