El movimiento turístico durante el feriado del 17 de junio registró una caída del 64,3% en comparación con el mismo período del año pasado, afectando a todas las provincias del país. Este desplome, según un informe reciente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), se reflejó en un bajo nivel de reservas y en una disminución del consumo de los turistas, que fue un 3,4% inferior al registrado en 2022.

El informe de CAME destaca que la cantidad de viajeros fue significativamente menor, con solo 802 mil turistas movilizándose durante los tres días del fin de semana largo, con un gasto promedio diario de $50.788. En Entre Ríos, la ocupación hotelera apenas alcanzó el 40%, mientras que en La Rioja, el gasto diario por persona fue de $40.000 con una ocupación del 45%.

En Neuquén, a dos semanas del inicio de la temporada de invierno, la ocupación hotelera promedió el 50%, en San Luis el 55%, y en San Juan, Salta y Mendoza, el 60%, con un turismo principalmente regional. Iguazú presentó el mejor nivel de ocupación con un 75% de sus plazas cubiertas.

La crisis llevó a que muchos hoteles decidieran no abrir sus puertas debido a la baja demanda, incapaces de cubrir siquiera los costos básicos como el consumo eléctrico y de gas para calefaccionar.

Pese a esta situación, los datos de CAME sugieren que el próximo fin de semana largo podría mostrar mejores cifras, aunque aún inferiores a las del año pasado. En la provincia de Buenos Aires, varias asociaciones hoteleras expresaron su preocupación por la falta de comunicación con la Secretaría de Turismo, dirigida por Daniel Scioli, en medio de este panorama que pone en riesgo la supervivencia de numerosos hoteles y restaurantes.

En lo que va del año, se han registrado tres fines de semana largos, durante los cuales se movilizaron 6,6 millones de personas, generando un gasto total de $1.065.990 millones (equivalentes a US$1.169 millones al tipo de cambio oficial del Banco Nación).