Este martes por la tarde volvieron los incendios frente a las islas frente a San Lorenzo, Puerto San Martín, Granadero Baigorria y Rosario. El humo llegó a la ciudad y persistía en esta tarde-noche.

El invierno y las sequías fueron el combo para que vuelvan los incendios frente a las islas, que recordaron las terribles quemas ocurridas en el 2020 y el 2023. Hace unos días, investigadores de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) publicaron un informe que advertían la posibilidad de que se vuelva a desarrollar una cantidad suficiente de material combustible como para que se repitan las quemas de los humedales. Las heladas de las últimas horas también provocan que se seque la vegetación.

El reporte, elaborado por el Centro de Estudios Territoriales de la Facultad de Ciencias Agrarias, remarca que, en poco más de un año, la superficie de los humedales del Delta del Paraná cubierta por agua pasó del 50% a menos del 16%, algo que “aumenta considerablemente la superficie que, en la actualidad, podría acumular biomasa”.

El informe busca que se prevean acciones para no repetir una situación como la que ya se vivió entre 2020 y 2022, con incendios casi constantes: “La idea es ser previsor para que las autoridades no pierdan de vista esto. Que se prepare una base documental de propietarios, alguna policía interjurisdiccional y también pensar, sin apuro y por lo tanto con bajo costo, estructuras de cortafuegos y ordenar el territorio para tener una estrategia”.

«No obstante, de proseguir la bajante y agudizarse la falta de precipitaciones pluviales, el riesgo de ocurrencia de incendios se irá incrementando hasta que se produzcan las precipitaciones habituales en la primavera 2024. Ante la previsión de un año con fase ENSO de “Niña”, estas primeras precipitaciones primaverales pueden ser erráticas y/o demorarse, incrementando los riesgos», expresa el informe.

Y concluye: «El ciclo 2024/2025 podría tener condiciones predisponentes mucho más propensas a incendios del tipo de los ocurridos en 2020 a 2022, debido fundamentalmente al bajo nivel del río Paraná, lo que incrementa la superficie pasible de ser ocupada por acumulaciones de biomasa
vegetal».